Wetransfer estaba en el centro de la indignación de los usuarios después de una actualización de las condiciones de servicio que los usuarios interpretaron como el derecho de dar el derecho de usar contenido de carga para entrenar modelos de inteligencia artificial. La situación se intensificó rápidamente porque muchos usuarios, especialmente profesionales creativos, expresaron su preocupación por el posible abuso de sus datos y amenazaron con cambiar a servicios alternativos para compartir archivos. Algunos incluso han aconsejado archivos COD o regresan a los métodos de entrega tradicionales.
El controvertido lenguaje, que se entrelazó en las condiciones de servicio actualizadas, sugirió que al usar Wetransfer, los usuarios han otorgado derechos comerciales para usar datos «para el uso, desarrollo, comercialización y mejora del servicio o nuevas tecnologías o servicios, incluido el rendimiento de los modelos de aprendizaje automático». Esta vaga frase causó una alarma entre los usuarios, que descubrieron que ofrecía pocas garantías específicas con respecto a sus datos.
Mientras la crítica se montó, Wetransfer respondió rápidamente. La compañía revisó inmediatamente la parte controvertida de sus condiciones y emitió una publicación de blog para aclarar el malentendido. En el blog, los usuarios de Wetransfer aseguraron que sus datos no se utilizarían sin permiso, en particular con respecto a los modelos de IA. Las condiciones actualizadas eliminaron cualquier mención del aprendizaje automático, en su lugar dirigido al alcance requerido requerido para operar y mejorar la plataforma.
«Entendemos por sus comentarios que puede no haber estado claro que conserva la propiedad y el control sobre su contenido. Desde entonces, hemos actualizado aún más las condiciones para que sean más fáciles de entender», dijo Wetransfer en su publicación de blog. La compañía enfatizó que la referencia anterior al aprendizaje automático era innecesaria y posiblemente alarmante, lo que confirma que no utilizan tales tecnologías en combinación con el contenido del cliente.
El incidente ha provocado comparaciones con controversias similares en la industria técnica, en particular cuando Dropbox se enfrentó a un retroceso para implicar que el contenido del usuario usaría para desarrollar modelos de IA. Esa situación también terminó con una disculpa y una revisión de sus condiciones. Este patrón parece enfatizar una creciente desconfianza entre los usuarios sobre cómo las empresas de tecnología tratan con información privada.
La sensibilidad a la privacidad de los datos, especialmente entre los profesionales creativos, subraya una atención más amplia en una era que se sabe que capacita a las herramientas de IA en el trabajo de artistas y escritores. A medida que el miedo a explotar datos continúa aumentando, las empresas probablemente aprenden la importancia de ofrecer una comunicación clara y transparente para tranquilizar a sus clientes, especialmente en un panorama que se caracteriza cada vez más por demandas y protesta pública en el uso de datos.