El jueves, la explosión de una bomba tuvo como objetivo un autobús vinculado al Ministerio de Defensa en la provincia oriental de Deir Ezzor, en Siria, matando al menos a cinco miembros del personal del ministerio. Un funcionario que habló bajo condición de anonimato confirmó a la AFP las víctimas. La explosión se produjo cuando el autobús transportaba guardias a una fábrica de petróleo en una ruta entre las ciudades de Deir Ezzor y Mayadeen, separadas por unos 50 kilómetros.
Además de las víctimas mortales, trece personas resultaron heridas en la explosión, entre ellas varios transeúntes. La televisión estatal informó sobre el incidente, detallando el impacto de la explosión en el autobús y el caos posterior que siguió. Hasta el momento ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad del ataque, pero el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización de seguimiento con sede en Gran Bretaña, sugirió que la explosión pudo haber sido llevada a cabo por elementos vinculados a una célula del Estado Islámico (EI).
Aunque el Estado Islámico ha perdido un territorio significativo en Irak y Siria en 2019, en gran parte debido a operaciones lideradas por las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) lideradas por los kurdos y respaldadas por Estados Unidos, el grupo continúa representando una amenaza para la seguridad en la región. El EI sigue activo, especialmente en las vastas zonas desérticas de Siria, donde se sabe que lanza ataques, principalmente contra zonas controladas por los kurdos en el noreste.
Durante la actual guerra civil siria, que comenzó en 2011, el EI ha atacado periódicamente autobuses que transportaban soldados del régimen del expresidente Bashar al-Assad. Sin embargo, desde el establecimiento de nuevas autoridades lideradas por islamistas tras la destitución de Assad en diciembre, la frecuencia de tales ataques en regiones controladas por el gobierno ha disminuido significativamente.
En incidentes relacionados, el EI reivindicó su primer ataque tras el derrocamiento de Assad en mayo, matando a un miembro del ejército sirio e hiriendo a otros tres. Además, en junio las autoridades vincularon al grupo con un atentado suicida con bomba en una iglesia de Damasco que mató a 25 personas, aunque el EI no ha asumido formalmente la responsabilidad de ese ataque específico.