En un cambio notable en las relaciones diplomáticas, Ucrania cerró oficialmente su embajada en La Habana en medio de crecientes tensiones entre los dos países. La medida está impulsada principalmente por la preocupación por el fracaso de Cuba a la hora de impedir que sus ciudadanos sean reclutados para unirse a las fuerzas rusas en el conflicto en curso en Ucrania.
La decisión se produce tras el reciente voto de Ucrania contra una resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas destinada a levantar el prolongado embargo estadounidense a Cuba, y puso de relieve una brecha cada vez más profunda alimentada por acusaciones contra Cuba respecto de su participación en el reclutamiento de combatientes. El Ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Andrii Sybiha, se ha pronunciado sobre estas acusaciones, señalando que hay informes de que miles de cubanos han firmado contratos para luchar con las fuerzas rusas en territorio ucraniano. Condenó la inacción de La Habana como complicidad en lo que llamó «agresión», subrayando que esta posición requiere una fuerte reprimenda internacional.
Información de inteligencia reciente del ejército ucraniano indica que más de 1.076 ciudadanos cubanos están luchando actualmente junto a las fuerzas rusas en Ucrania, con 96 personas actualmente desaparecidas y presuntamente muertas. Muchos de estos reclutas fueron presuntamente engañados por anuncios de trabajo falsos para puestos de construcción, facilitados por corredores sin licencia y respaldados por disposiciones de visa otorgadas por las misiones diplomáticas rusas.
Desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania en 2022, ha habido una ola de pruebas que sugieren que combatientes extranjeros se han unido a las filas rusas. Varios gobiernos internacionales han expresado preocupación; Por ejemplo, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Kenia ha advertido a sus ciudadanos sobre agentes de reclutamiento fraudulentos que intentan atraer personas a zonas de conflicto para Rusia.
Además de Cuba, informes de inteligencia de Corea del Sur y varias agencias occidentales sugieren que Corea del Norte envió más de 10.000 soldados a Rusia el año pasado, centrándose en la región de Kursk. De manera alarmante, se estima que aproximadamente 2.000 de estos soldados murieron en la batalla. Oficiales militares ucranianos han informado de la participación de unos 20.000 trabajadores norcoreanos en la industria de defensa rusa, particularmente en el ensamblaje de drones de combate.
Además, el servicio de inteligencia de Kiev ha revelado que alrededor de 1.338 ciudadanos bielorrusos han abandonado el conflicto y, según se informa, casi una cuarta parte ha muerto. También se han observado patrones de reclutamiento entre ciudadanos de varios otros países, incluidos Togo, la República Democrática del Congo, Camerún y Benin, lo que complica aún más las dimensiones internacionales de este prolongado conflicto.



