El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se está preparando para un viaje crucial a Asia la próxima semana, donde sus habilidades diplomáticas y de negociación comercial se pondrán a prueba en una región marcada por recientes tensiones debido a las agresivas políticas comerciales de su administración. El itinerario de cinco días de Trump sale de Washington el viernes por la noche e incluye escalas en Malasia, Japón y Corea del Sur, lo que marca su primera visita a la región y su viaje internacional más largo desde que asumió el cargo en enero.
En lo más alto de la agenda de Trump está su reunión personal con el presidente chino, Xi Jinping, prevista para el jueves en Corea del Sur. Esta discusión crítica se produce en medio de disputas comerciales en curso, en las que ambos países se imponen aranceles entre sí y amenazan con restringir el intercambio de minerales y tecnologías vitales. Los sentimientos actuales sugieren que la reunión no culminará en un avance significativo para restaurar las condiciones previas a la guerra comercial, sino que se centrará en contener los desacuerdos existentes y buscar mejoras mínimas en las relaciones comerciales.
Un acuerdo provisional podría incluir potencialmente un modesto recorte arancelario, una extensión de los aranceles existentes o promesas de China de comprar productos fabricados en Estados Unidos, un compromiso que previamente incumplieron en un acuerdo de 2020. A cambio, Washington podría considerar aliviar las restricciones a los chips informáticos avanzados, mientras que China podría relajar sus controles sobre los imanes de tierras raras, frustrando a la administración Trump. También es posible que las conversaciones no den ningún resultado.
Al comentar sobre la dinámica esperada de las discusiones, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, caracterizó el intercambio entre Trump y Xi como un “hacer a un lado”, lo que indica una falta de estructura formal. En contraste con esta opinión, Trump dijo a los periodistas que esperaba una reunión prolongada para abordar conjuntamente una serie de cuestiones, aunque los funcionarios chinos aún no han confirmado la reunión prevista.
El enfoque político de Trump en Asia se ha caracterizado por un mayor escrutinio de las prácticas comerciales y el gasto de defensa de los países aliados. Mira Rapp-Hooper, becaria de la Brookings Institution, señaló que el tema principal del viaje gira en torno a aclarar el papel y la posición de Estados Unidos en la región.
El viaje comenzará con su asistencia a la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) en Kuala Lumpur, donde podría supervisar la firma de un alto el fuego entre Tailandia y Camboya destinado a consolidar la paz tras meses de escalada de tensiones.
Después de Malasia, Trump viajará a Japón para mantener conversaciones con el recién elegido Primer Ministro Sanae Takaichi, de quien se espera que refuerce compromisos previos sobre gasto militar e inversión estadounidense. La visita culminará en Busan, Corea del Sur, antes de que Trump regrese a Washington antes de futuras cumbres regionales.
Las complejidades de su gira por Asia se ven agravadas por las amenazas de Trump de aumentar drásticamente los aranceles a las importaciones chinas si las negociaciones fracasan, lo que podría reavivar la disputa comercial que ya ha resultado perjudicial para varias industrias. Además de las cuestiones comerciales, se espera que los líderes aborden temas delicados como Taiwán y las consecuencias geopolíticas de las acciones de Rusia en Ucrania.
Si bien Trump pretende lograr nuevos acuerdos comerciales con Malasia e India, también espera fortalecer los acuerdos existentes con Corea del Sur, a pesar de las tensiones actuales, incluidas preocupaciones sobre importantes inversiones en empresas estadounidenses y problemas de deportación que enfrentan los trabajadores surcoreanos.
La perspectiva de una reunión improvisada entre Trump y el líder norcoreano Kim Jong Un se consideró poco probable, y funcionarios estadounidenses confirmaron que dicha reunión no está prevista. A medida que se acerca el viaje, las incertidumbres que rodean las negociaciones comerciales y las relaciones internacionales añaden una capa de complejidad a un esfuerzo diplomático ya multifacético.



