El presidente Donald Trump autorizó una importante acción militar en el Mar Caribe contra un barco vinculado al Tren de Aragua (TdA), organización designada como grupo terrorista involucrado en el narcotráfico. El ataque, que tuvo lugar durante la noche, provocó la muerte de seis personas identificadas como narcoterroristas.
El secretario de Guerra, Pete Hegseth, confirmó la operación y afirmó que el Departamento de Guerra de Estados Unidos había llevado a cabo un “ataque cinético letal” contra un barco conocido por contrabandear narcóticos a lo largo de una ruta de contrabando reconocida. Compartió imágenes infrarrojas del ataque y señaló que fue el primero de este tipo que se llevó a cabo de noche. La operación se llevó a cabo en aguas internacionales y eliminó con éxito a los seis presuntos delincuentes sin que se reportaran heridos entre las fuerzas estadounidenses.
Hegseth advirtió duramente a los involucrados en el tráfico de drogas: “Si usted es un narcoterrorista que contrabandea drogas en nuestro hemisferio, lo trataremos como tratamos a [al Qaeda].” Destacó el compromiso del gobierno para identificar y desmantelar las redes de narcotráfico que operan en la región.
Esta última operación marca el décimo ataque dirigido a embarcaciones sospechosas de contrabando de drogas desde que Trump asumió el cargo. Desde el 2 de septiembre, cuando tuvo lugar la primera operación, un total de 43 presuntos traficantes de personas han sido asesinados y dos personas sobrevivieron a los ataques. La frecuencia de estas acciones militares ha aumentado: de un ataque cada pocas semanas en septiembre a tres en una semana.
Las misiones están destinadas principalmente a perturbar las actividades vinculadas al cartel del Tren de Aragua de Venezuela e implican una variedad de tácticas, desde ataques directos a barcos de contrabando hasta la destrucción de submarinos. Tanto Hegseth como Trump han compartido ampliamente imágenes de estas operaciones en plataformas de redes sociales, que muestran los esfuerzos del ejército contra los cárteles de la droga.
En comentarios recientes, Trump rechazó rotundamente la idea de exigir una declaración de guerra del Congreso contra los cárteles, diciendo: «Creo que simplemente vamos a matar a las personas que traen drogas a nuestro país». Afirmó que los cárteles de la droga son combatientes ilegales y sugirió que Estados Unidos está actualmente involucrado en un “conflicto armado” con ellos.
Este agresivo enfoque militar ha provocado reacciones encontradas en el Congreso. Los legisladores de varios partidos han expresado su preocupación por la legalidad de los ataques y la posible violación del derecho internacional. El senador Rand Paul expresó su preocupación por el debido proceso, citando estadísticas que muestran que muchos barcos abordados por sospechas de tráfico de drogas podrían ser inocentes. También ha cuestionado la necesidad de aprobación del Congreso si Estados Unidos entabla una relación beligerante con Venezuela.
Las operaciones también han sido criticadas a nivel internacional. El presidente colombiano, Gustavo Petro, pidió una investigación penal sobre los ataques, citando víctimas entre partes inocentes, incluido un pescador colombiano. El líder venezolano Nicolás Maduro acusó a la administración Trump de intentar lograr un cambio de régimen en Venezuela.
El apoyo a las acciones militares proviene de algunos miembros del Congreso, como los senadores Lindsey Graham y Tom Cotton, quienes ven los ataques como una medida legítima y necesaria contra el narcoterrorismo. La actual campaña del gobierno refleja una estrategia intensificada destinada a frenar la crisis de drogas que afecta al país, atrayendo una atención significativa tanto en el frente nacional como internacional.



