En una audaz declaración, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, insinuó la posibilidad de suministrar misiles de crucero de largo alcance Tomahawk a Ucrania como medio para aumentar la presión sobre Rusia en medio del conflicto en curso. Durante una conversación a bordo del Air Force One de camino a Israel, Trump sugirió que si la guerra sigue sin resolverse, podría considerar desplegar misiles Tomahawk, describiéndolos como «un arma increíble» que es «muy ofensiva». Destacó que la posible entrega de ese tipo de armamento simbolizaría “un nuevo paso de agresión” en la lucha de Ucrania contra las fuerzas rusas.
Dirigiéndose a los periodistas, Trump dijo: “Podría decir: ‘Miren: si esta guerra no se resuelve, les enviaré Tomahawks’”. Reconoció que la decisión podría depender del curso del conflicto e insinuó que valía la pena discutir la posibilidad incluso si seguía siendo incierta.
Los comentarios inmediatamente generaron preocupación en Moscú, donde el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, hizo sonar la alarma del gobierno ruso sobre la posible entrega de misiles Tomahawk a Ucrania. Peskov caracterizó la situación como “muy dramática”, destacando la escalada de tensiones en varios frentes. Subrayó las advertencias de larga data de Rusia contra el suministro estadounidense de armas de largo alcance, que según el presidente Vladimir Putin cruzaría una «línea roja» y conduciría a nuevas hostilidades.
Los misiles Tomahawk son conocidos por su alcance extendido y capacidades de precisión, con un alcance de aproximadamente 2.500 kilómetros (aproximadamente 1.500 millas), lo que efectivamente coloca a Moscú dentro del alcance de Ucrania si se despliegan los misiles. Estos misiles de crucero subsónicos propulsados por aviones pueden equiparse con una variedad de ojivas, incluidas versiones altamente explosivas y antibúnkeres, lo que les permite enfrentar amenazas bien protegidas incluso en un espacio aéreo fuertemente defendido. Además, pueden lanzarse tanto desde buques de superficie como desde submarinos, aumentando su valor estratégico.
Mientras continúan las discusiones sobre la ayuda militar a Ucrania, las consecuencias de tal medida estadounidense prometen ser profundas, potencialmente intensificando el conflicto en curso y tensando aún más las relaciones internacionales.