Durante un vuelo a bordo del Air Force One, el presidente Donald Trump lanzó una severa advertencia a Rusia sobre el conflicto en curso en Ucrania, sugiriendo el posible uso de misiles Tomahawk de largo alcance si la situación no mejora. En declaraciones a los periodistas de camino a Israel, Trump enfatizó la formidable naturaleza del misil Tomahawk y lo describió como “un arma increíble” que representa una amenaza significativa.
«Si esta guerra no se resuelve, les enviaré Tomahawks», declaró Trump. Su declaración refleja una estrategia más amplia destinada a presionar a Moscú para que encuentre una solución al conflicto, que lleva meses intensificándose. Añadió que puede ser necesario informar a Rusia sobre la posibilidad de desplegar misiles si sigue siendo difícil alcanzar una solución pacífica.
Los comentarios de Trump siguen a una llamada telefónica que tuvo ese mismo día con el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, en la que subrayó el continuo apoyo del gobierno de Estados Unidos a Ucrania mientras el país lidia con la agresión rusa. La advertencia marca un momento importante en las relaciones entre Estados Unidos y Rusia, especialmente ahora que las tensiones entre los dos países han alcanzado nuevas alturas debido al largo conflicto en Europa del Este.
En sus comentarios, Trump destacó las implicaciones de un apoyo militar continuo, sugiriendo que las discusiones sobre tales acciones son apropiadas y necesarias. La posición del gobierno surge de los esfuerzos internacionales en curso para mediar en el conflicto, centrándose en soluciones diplomáticas y teniendo en cuenta al mismo tiempo el apoyo militar necesario para la defensa de Ucrania.