Robert Redford, ampliamente celebrado por sus papeles en películas icónicas como ‘Todos los hombres del presidente’, ‘Barefoot in the Park’ y ‘Butch Cassidy and the Sundance Kid’ no es solo una estrella de Hollywood; Es un activista y filántropo ambiental dedicado cuyos esfuerzos van mucho más allá de la pantalla plateada. A lo largo de su vida, Redford abogó constantemente por la protección del medio ambiente y apoyó a la próxima generación de cineastas.
En un discurso conmovedor a la reunión a un alto nivel de la reunión general de la ONU sobre el cambio climático en 2015, Redford expresó su doble identidad: «Soy un comercio de comercio, pero soy naturalmente un activista». Subrayó la importancia de encontrar un equilibrio entre el desarrollo para la supervivencia humana y la preservación de la naturaleza, que enfatiza su dedicación de por vida a las causas ambientales.
Sus contribuciones al cine y la sociedad han recibido un reconocimiento considerable. En 2002 recibió un Premio de la Academia Honorario, seguido de un honor en el Centro Kennedy en 2005 y la Medalla Presidencial de la Libertad en 2016. Estos premios no solo reflejan su actuación cinematográfica, sino también su apasionada defensa fuera de Hollywood.
La fascinación de Redford por la naturaleza comenzó en la infancia, formada por sus experiencias creciendo en Los Ángeles durante y después de la Segunda Guerra Mundial. Se recordó a sí mismo la belleza y el aire limpio de la ciudad y se quejó de cómo el rápido desarrollo condujo a la contaminación y la pérdida del entorno natural que apreciaba. Esta experiencia transformadora lo llevó a encontrar consuelo en las montañas de Sierra Nevada, donde trabajó en el Parque Nacional Yosemite. Allí descubrió la belleza en profundidad de la naturaleza intacta y decidió incluir la conciencia ambiental en su misión de vida.
En un intento por apoyar a los cineastas que se centraron en contar historias ambientales, Redford tiene cofundador del Redford Center con su hijo, James en 2005. Después de la muerte prematura de James en octubre de 2020 a la edad de 58 años, el Centro prometió continuar su misión en honor a su visión para el futuro.
Además de sus esfuerzos filantrópicos, Redford fundó el Instituto Sundance en 1981, una organización sin fines de lucro que se compromete a apreciar artistas en cine, teatro, composición de películas y medios digitales. El instituto está ubicado cerca de Park City, Utah, juega un papel crucial en el apoyo a los cineastas independientes y organiza el famoso Festival de Cine de Sundance en enero. Este festival sirve como una plataforma global para presentar el trabajo de los cineastas emergentes, para promover conexiones e inspiración dentro de la comunidad creativa.
La dedicación de Redford a las causas del medio ambiente está claramente en su lucha para proteger a más de 1.7 millones de hectáreas de desierto en Utah, por lo que defendió con éxito, lo que lleva a su designación como un área protegida por decreto presidencial en 1996. Después de construir su casa en este estado cultivado, Redford, Van Wagenen.
Debido a sus contribuciones versátiles tanto a la industria del cine como al activismo ambiental, Robert Redford es y un símbolo de equilibrio entre la expresión artística y la necesidad esencial de administración ecológica. Su legado continúa inspirando tanto a los cineastas como a los activistas ambientales.