Supuestamente, al menos 40 personas han perdido la vida y unas 80 otras 80 resultaron heridas después de un ataque paramotor durante el Festival Thadingyut y una protesta anti-Junta en el centro de Myanmar el lunes. Un portavoz del gobierno de la unidad nacional desterrada reveló estas trágicas figuras a la BBC.
El incidente tuvo lugar en el municipio de Chaung U, donde cientos se habían reunido el lunes por la noche para celebrar el festival de luna llena de Thadingyut. Según un miembro del comité organizador, que decidió permanecer en el anonimato por razones de seguridad, el evento combinó actividades festivas con una manifestación contra la junta militar.
Las cuentas de Eywitness revelaron que el comité organizador había advertido a los presentes por el peligro potencial, lo que permitió que aproximadamente un tercio de la multitud escapara antes de que el caos lo siguiera. Un parapente motorizado se zambulló en la reunión y lanzó dos bombas que se encontraron con el corazón de la celebración. El testigo describió la desgarradora escena y declaró que los niños «estaban completamente desgarrados» por las explosiones. Tan pronto como terminó la ola inicial de peligro, los residentes se apresuraron a ayudar a los heridos, solo para enfrentarse a la sombría tarea de recolectar partes del cuerpo extendidas sobre el suelo.
Fuentes locales informaron que las secuelas del bombardeo hicieron que fuera extremadamente difícil identificar a las víctimas porque la destrucción se expandió. Una mujer en el lugar señaló que los esfuerzos para ir permanecen a la mañana siguiente estaban en marcha.
Este ataque representa una escalada inquietante, en la que la junta depende cada vez más de los paramotores debido a la escasez de aviones y helicópteros tradicionales, agravó una situación por sanciones internacionales que limita su acceso a medios militares. Amnistía Internacional condenó el uso de estos dispositivos motorizados por parte de la junta para enfocar a los ciudadanos en una declaración, que calificó una «tendencia inquietante» para la región. Joe Freeman, investigador de la organización, enfatizó que este incidente sirve como un recuerdo sombrío de la urgente necesidad de protección para los ciudadanos en Myanmar.
Desde que el Ejército ha tomado el control de un golpe de estado en 2021, el país ha estado lleno de conflictos civiles, con tropas prodemocráticas que están de acuerdo con los grupos armados étnicos contra la junta reinante. En medio de estos disturbios, se celebró una estela a la luz de las velas, donde los participantes protestaron contra el servicio militar y las próximas elecciones, lo que exigió la liberación de Aung San Suu Kyi y otros prisioneros políticos. Se planea que Myanmar esté planeando mantener las elecciones generales en diciembre, de modo que la primera desde que el golpe está marcado, aunque los críticos niegan la legitimidad del estado de ánimo, que predicen que facilitará la constante supresión de la junta en lugar de promover una reforma democrática real.