En una entrevista reciente, la senadora republicana Lisa Murkowski enfatizó la necesidad crítica de un diálogo bipartidista para resolver el inminente cierre del gobierno, subrayando la urgencia, ya que millones de estadounidenses pronto podrían enfrentar retrasos en sus cheques de pago. Murkowski dijo que estas “conversaciones constructivas” entre las dos partes deben continuar si se quiere reabrir el gobierno rápidamente.
Murkowski expresó preocupación por los posibles despidos entre empleados federales, especialmente a la luz de las amenazas del Director de la Oficina de Administración y Presupuesto, Russ Vought, y expresó preocupación por la incertidumbre que traen estas amenazas. Observó niveles significativos de ansiedad en Alaska, donde los residentes están preocupados por la disponibilidad de servicios esenciales, especialmente aquellos que dependen del apoyo del Departamento de Transporte. Las “48 horas de pánico” a las que se refirió resaltan el impacto inmediato que el enfrentamiento está teniendo en las comunidades locales.
Cuando se le preguntó sobre los ataques específicos a los estados demócratas durante el cierre, Murkowski aclaró su posición, afirmando que “nadie debería ser el objetivo”. Ella cree que un cierre del gobierno tiene consecuencias negativas para todos los estados y poblaciones, y que los ataques innecesarios sólo empeoran la situación.
De manera similar, la senadora republicana Susan Collins enfatizó la necesidad de que la Casa Blanca participe en discusiones bipartidistas para poner fin al cierre. Ella culpó en parte al líder de la minoría del Senado, Chuck Schumer, y recordó a los espectadores que él ya se había pronunciado en contra de los cierres. Collins ha hecho circular su propio plan destinado a reabrir el gobierno y espera una resolución conjunta que incorpore ideas de senadores demócratas como Jeanne Shaheen.
Además, Collins se opuso a la propuesta de Vought de despedir a los empleados despedidos, calificando tales acciones como «extremadamente injustas». Advirtió que esto obstaculizaría la eficiencia de las agencias cuando finalmente reanuden sus operaciones, complicando aún más el proceso de recuperación posterior al cierre.
Los comentarios de ambos senadores reflejan una preocupación creciente en todo el espectro político: la necesidad urgente de cooperación y la importancia de priorizar el bienestar de los votantes en una situación delicada y potencialmente dañina.