En un dramático incidente el domingo en Albany Park, agentes federales recurrieron al lanzamiento de gases lacrimógenos mientras intentaban detener a un residente local. La escena se desarrolló cuando Gabriel Páez y su esposa, Megan Dougherty, regresaban del almuerzo y se encontraron con agentes armados que se enfrentaban a su vecino en la acera. Los agentes, vestidos con chalecos antibalas y cubriéndose el rostro, dieron inmediatamente la alarma.
Páez gritó advertencias en español a los residentes cercanos, mientras Dougherty capturó en video la confrontación que se desarrollaba. “Tan pronto como los oficiales nos vieron y se dieron cuenta de que estábamos respondiendo, se retiraron”, dijo Páez. Señaló que su vecino parecía consciente de cómo responder durante la tensa situación.
Después de que los oficiales se retiraron, la pareja los persiguió por la cuadra, y Páez instó a los vecinos a cerrar sus puertas. Pronto, varios lugareños salieron de sus casas, decididos a enfrentarse a los agentes. Algunos residentes formaron una cadena humana, bloqueando efectivamente el paso de los agentes. En respuesta, agentes federales lanzaron gases lacrimógenos en la escena ya cargada.
Este incidente es parte de un patrón más amplio de intensificación de las actividades de aplicación de la ley de inmigración, incluida una operación reciente llamada Operación Midway Blitz, que ha provocado importantes respuestas locales. Anteriormente, alrededor de 400 residentes de Rogers Park tomaron medidas contra los arrestos de ICE, incluidos miembros de la comunidad como un popular vendedor de tamales.
Los relatos de testigos presenciales de Albany Park revelan una atmósfera intensa en la que un residente, capturado en video, se paró desafiante en bata de baño y bloqueó el vehículo de un oficial. Los informes indican que sufrió una herida durante el enfrentamiento. Una creciente multitud de vecinos, incluidos jóvenes y ancianos, se amotinaron contra los agentes federales. Gritos de indignación llenaron el aire, y Páez recordó una sensación de justa ira entre los residentes.
La tensión aumentó cuando los agentes intentaron sortear la multitud, pero la cadena humana se mantuvo firme. Al final, los agentes federales recurrieron al uso de gases lacrimógenos para dispersar la reunión. En medio del caos, un residente tomó represalias arrojando una bombona de gas a los agentes, lo que provocó una breve lucha antes de que lo dejaran ir. Al final, el enfrentamiento duró unos 30 minutos, con restos de bombas lacrimógenas esparcidos por la calle.
Los funcionarios locales, incluido Ald. Rossana Rodríguez-Sánchez y la senadora estatal Graciela Guzmán acudieron rápidamente al lugar después de recibir advertencias sobre la escalada de la situación. Sin embargo, llegaron cuando los agentes federales ya se habían ido. Rodríguez-Sánchez luego expresó su admiración por la rápida respuesta de la comunidad, destacando la valentía de los vecinos que se unieron para protegerse unos a otros.
Este incidente plantea importantes preocupaciones legales, especialmente en relación con el uso de gas lacrimógeno, ya que una orden judicial reciente prohíbe a las agencias federales implementar tales tácticas de control de multitudes sin las advertencias adecuadas. La orden exige que los agentes den dos avisos verbales antes de utilizar gases lacrimógenos u otros métodos agresivos, y limita el uso de la fuerza contra manifestantes y periodistas.
El episodio ha intensificado las discusiones en curso sobre las actividades de las agencias federales de aplicación de la ley para inmigrantes en los vecindarios locales, aumentando las preocupaciones sobre sus métodos y las consecuencias legales de sus acciones. Mientras los residentes locales reflexionan sobre la confrontación, los líderes comunitarios continúan movilizando esfuerzos para respuestas protectoras en medio de mayores actividades de aplicación de la ley.