En lo profundo de una cueva cubierta de larga data con vistas al río Loira en el centro de Francia, los científicos han hecho un descubrimiento innovador que podría definir nuevamente nuestra comprensión del arte prehistórico. Investigaciones recientes publicadas en PLOS One revela lo que se considera los primeros graves de las cuevas neandertales conocidas, que datan de al menos 57,000 años. Este hallazgo es especialmente importante porque estas marcas datan antes de la llegada de las personas modernas a la región.
La cueva, conocida como La Roche-Cotard, estuvo cubierta por las capas de sedimento durante miles de años. Los eventos naturales como las inundaciones del Loira, junto con el viento y los deslizamientos de tierra, contribuyeron a la acumulación de más de 30 pies de sedimento que sellaron efectivamente la entrada de la cueva. Solo cuando un proyecto ferroviario expuso involuntariamente este espacio oculto en 1846 comenzaron a notar investigadores. Las primeras excavaciones a principios del siglo XX descubrieron herramientas de piedra mousteriana y huesos de animales, pero en gran medida pasaron sobre las paredes de la cueva a estudios más recientes.
A partir de 2016, los científicos comenzaron escaneos 3D de alta tecnología de las marcas en las paredes grot y querían compararlas con otros conocidos grabados paleolíticos. A través de un análisis cuidadoso, los investigadores eliminaron la posibilidad de rasguños y marcas más nuevos dejados por los animales, incluidos los osos cueva o las herramientas de metal. Lo que identificaron fueron líneas y puntos intencionales, hechos por dedos que rastrean los giros de tiza suave que se conocen localmente como un tuffeau, que consiste en cuartos de granos finos y viejos tazones de molus.
Para determinar la edad de los grabados, el equipo de investigación utilizó un método llamado datación de luminiscencia estimulada ópticamente. Esta técnica de citas ayuda a determinar cuánto tiempo ha pasado desde que los gránulos de cuarzo estuvieron expuestos a la luz solar. Al analizar 50 muestras de sedimentos alrededor de los grabados, los investigadores concluyeron que la cueva estaba cerrada en algún lugar entre 57,000 y 75,000 años hace. Esta línea de tiempo coloca a los neandertales como los probables fabricantes de la obra de arte, dado que el Homo sapiens todavía tenía que llegar a Europa.
La presencia de ayudas mousterianas en la cueva da más credibilidad a la hipótesis de que los neandertales eran responsables de los dedos. Aunque no se ha hecho ningún vínculo directo entre estas herramientas y los grabados en sí mismos, el estado sellado de la cueva y la ausencia de actividad humana posterior fortalecen el caso de que estos grabados representan la forma más temprana de arte de la cueva neandertal jamás documentado.
Este descubrimiento es especialmente notable en el contexto de hallazgos anteriores. Hasta ahora, se pensaba que los graves neandertales más antiguos conocidos provenían de la cueva de Gorham en Gibraltar, que data de hace unos 39,000 años. Los primeros Homo sapiens, por otro lado, produjeron varias formas de arte figurativo, como la pintura de cerdo de 45,500 años que se desenterró en Indonesia o en los complicados murales de los animales en la cueva Chauvet de Francia. Tales hitos han contribuido a una noción predominante de una brecha cognitiva entre los neandertales y las personas modernas.
Sin embargo, la última investigación de La Roche-Cotard está comenzando a desvanecerse esta línea. Otros descubrimientos recientes, como las pinturas a base de pigmento de 65,000 años en cuevas españolas, sugieren que los neandertales también eran capaces de expresión simbólica, lo que desafía suposiciones a largo plazo de que dicha creatividad era exclusiva del Homo sapiens.
A medida que el discurso académico continúa evolucionando, los hallazgos de La Roche-Cotard pueden conducir a una reevaluación de nuestra comprensión de las habilidades cognitivas neandertales y la expresión artística, que promueve nuevas discusiones sobre la importancia cultural de estos primeros habitantes de Europa.