La Agencia Espacial Europea (ESA) ha progresado considerable en su misión Exomars con la finalización exitosa de una prueba crítica para el sistema de paracaídas diseñado para facilitar el aterrizaje seguro del Rosalind Franklin Rover en Marte. Recientemente anunciado por ESA, el sistema de paracaídas avanzado se desplegó con éxito durante una gran prueba de altura que se llevó a cabo en el Centro Espacial Esrange en Kiruna, Suecia. Este sistema de paracaídas se adapta al funcionamiento efectivo en las condiciones únicas de la atmósfera de Marte, que difiere escasa y considerablemente de la tierra.
La prueba se llevó a cabo en circunstancias simuladas que imitan estrechamente el entorno de Marte, donde la densidad atmosférica es aproximadamente el 1% de la de la Tierra. Un globo de helio estratosférico elevó una maqueta del módulo de Dalfly Exomars a una impresionante altura de casi 30 kilómetros, aproximadamente tres veces más alto que los planos comerciales típicos. Durante la prueba, se liberó la cápsula de simulacro y fue libre, y casi alcanzó la velocidad de sonido durante unos 20 segundos antes de que los paracaídas se usaron consecutivamente. Esta caída era crucial para validar que el sistema de paracaídas podría ralentizar efectivamente la nave espacial, de modo que se preparara para un aterrizaje suave en su descenso a través de la delgada atmósfera de Marte.
Luca Ferracina, el ingeniero de sistemas de módulos de entrada y asignación de aterrizaje Exomars de ESA, expresó su satisfacción con los resultados y declaró: «Estamos encantados de confirmar que tenemos un diseño de paracaídas que puede funcionar en Marte, un sistema ambicioso con el mayor paracaídas que jamás haya volado fuera de la tierra». Esta prueba ha reforzado la confianza de los equipos de misión de que los componentes de paracaídas realizarán según lo requerido en el entorno de Marte.
Un diseño de doble paracaídas es una parte integral de la secuencia de aterrizaje de Exomars. Este sistema de dos etapas consiste en un paracaídas mediano de 15 metros de ancho para el retraso debido a velocidades supersónicas y un paracaídas más grande de 35 metros de ancho, que se usa más grande de la tierra. John Underwood, ingeniero jefe de Vorticity, enfatizó la ventaja estratégica de esta configuración: «Con dos paracaídas podemos diseñar un paracaídas fuerte y mediano para retrasar la sonda a través de velocidades supersónicas y luego un paracaídas mucho más grande y liviano para el descenso final». Este diseño allana el camino para que el Rosalind Franklin Rover aterrice de manera segura, de modo que el dibujo de la vida anterior en la superficie de Marte pueda investigar.
La atmósfera de marzo delgada son desafíos claros para la tecnología de aterrizaje, lo que hace que las pruebas rigurosas sean esenciales. El momento preciso para la implementación de paracaídas es crucial, porque cualquier mal funcionamiento puede conducir a resultados desastrosos de aterrizaje. Las pruebas se realizan para replicar la velocidad y las condiciones de baja densidad atmosférica que se esperan en Marte y ofrecen una alta confianza en el rendimiento de los paracaídas.
Luca Ferracina también señaló que la importancia de probar los paracaídas después de un período de almacenamiento más largo como resultado de demoras en la misión de Exomars. «Estamos llevando a cabo esta campaña para confirmar nuestra disposición a Marte y verificar que los paracaídas sigan funcionando como se esperaba después del largo almacenamiento», dijo. El rendimiento exitoso de paracaídas después del almacenamiento fue un paso esencial para garantizar la voluntad del sistema para la misión real.
El análisis de datos después de la prueba, incluido el examen de imágenes de video de alta velocidad, ofrecerá información crucial sobre el rendimiento de los paracaídas, lo que hace que se faciliten los refinamientos adicionales del diseño. John Underwood señaló los beneficios relativos de las pruebas de la Tierra: «Las pruebas en la Tierra tienen la ventaja de que podemos obtener muchos más datos y restaurar los paracaídas para su inspección después de la prueba».
El sistema de paracaídas Exomars muestra experiencia europea en ingeniería de exploración espacial, con contribuciones de varios países. Los componentes se fabricaron en los Países Bajos, Italia y la República Checa, mientras que la campaña de prueba fue acompañada por el espacio de Thales Alenia en Francia, que garantiza un estricto cumplimiento de los estándares necesarios para emisiones espaciales exitosas. Esta colaboración subraya el esfuerzo colectivo que subyace al ambicioso propósito de la ESA para mejorar nuestra comprensión de Marte y el potencial de vida más allá de la tierra.