Se está desarrollando un importante debate en torno a una propuesta que pretende establecer prueba documental de ciudadanía para votar en las elecciones estadounidenses. La iniciativa, que ha enfrentado desafíos en el Congreso y obstáculos legales en los tribunales, está siendo impulsada por America First Legal, una organización conservadora cofundada por Stephen Miller, ex subjefe de gabinete del presidente Donald Trump. El grupo está alentando a la Comisión de Asistencia Electoral de EE. UU., una agencia federal, a modificar el formulario federal de registro de votantes para incluir mandatos que requieran que los votantes proporcionen documentación que demuestre su ciudadanía. Esta enmienda tiene como objetivo fortalecer lo que sus defensores describen como la integridad y confiabilidad del proceso de registro de votantes.
Hasta la última fecha límite, el comité ha recibido más de 380.000 comentarios públicos sobre la petición. Sus defensores argumentan que el requisito garantizaría que sólo los ciudadanos estadounidenses elegibles participen en las elecciones federales, estableciendo un paralelo con la necesidad de identificación al abordar un avión o abrir una cuenta bancaria. Sin embargo, los defensores del derecho al voto argumentan que tal requisito no sólo es innecesario, sino que también podría privar a los votantes de sus derechos.
La discusión se produce en medio de afirmaciones de algunas facciones conservadoras sobre la prevalencia del voto de no ciudadanos, una idea que, según ellos, es un problema sustancial a pesar de la evidencia que sugiere que es ilegal y extremadamente rara. Este argumento se convirtió en un punto central durante la campaña presidencial de 2024, a pesar de que el voto de no ciudadanos está penado como delito. La petición en curso a la Comisión de Asistencia Electoral se basa en la orden ejecutiva anterior de Trump, cuyo objetivo era hacer cumplir un requisito de verificación de ciudadanía idéntico, que enfrentó desafíos legales citando extralimitaciones constitucionales.
Actualmente, el formulario federal de registro de votantes exige que las personas confirmen su ciudadanía bajo pena de perjurio. Aunque las violaciones pueden tener consecuencias graves, incluido el encarcelamiento y la deportación, el comité se reserva la discreción sobre los cambios a este formulario. Sin embargo, el alcance de este poder, especialmente en lo que respecta a imponer una nueva norma de verificación de ciudadanía, sigue siendo controvertido.
America First Legal sostiene que la comisión tiene la autoridad para actuar bajo la Ley Nacional de Registro de Votantes de 1993. Aún así, expertos como Jonathan Díaz del Campaign Legal Center enfatizan que la comisión primero debe decidir si exigir documentación de ciudadanía es necesario para determinar la elegibilidad de los votantes. Destacó la distinción entre recopilar información básica y exigir documentación adicional.
Quienes se oponen al requisito propuesto, incluidos grupos de defensa y algunos funcionarios demócratas, argumentan que el voto de no ciudadanos no representa una amenaza sustancial para la democracia y que los sistemas actuales garantizan adecuadamente que los ciudadanos elegibles puedan votar. Argumentan que imponer requisitos de documentación podría crear barreras innecesarias para los votantes elegibles.
La petición de America First Legal describe algunas formas aceptables de prueba, incluido un pasaporte estadounidense, una licencia de conducir que cumpla con REAL ID, una identificación militar que indique ciudadanía o una identificación con fotografía emitida por el gobierno acompañada de una prueba de ciudadanía. Los críticos señalan que sólo una minoría de estadounidenses posee pasaportes y que la disponibilidad de documentación compatible con REAL ID entre estados es limitada.
También han surgido preocupaciones sobre cómo estos requisitos afectan desproporcionadamente a ciertos grupos, como las mujeres a quienes se les puede exigir que proporcionen múltiples documentos para verificar su ciudadanía después de cambiar de nombre debido al matrimonio. Estos obstáculos ya se han visto en estados como New Hampshire, donde se han promulgado disposiciones similares.
El Comité de Asistencia Electoral ahora tiene la tarea de evaluar la importante retroalimentación pública que ha recibido, lo que influirá en su decisión sobre si presenta la propuesta para su consideración adicional. Si se aprueba, esto desencadenaría un proceso más formal con períodos adicionales de comentarios públicos y audiencias, lo que podría intensificar el ya intenso debate sobre la elegibilidad de los votantes y la integridad electoral en Estados Unidos.



