Los fiscales colombianos han tomado medidas considerables al tomar las oficinas de la compañía anglo-francesa de petróleo y gas Penenco, que surgen de acusaciones serias de la participación de la compañía en pagos a grupos paramilitares. Las acusaciones están destinadas específicamente a las transacciones de la Compañía en el período de 1997 a 2005 con las fuerzas de defensa personal ahora definidas de Colombia (AUC), que fue notorio debido a sus brutales campañas anti-Guerrilla que contribuyeron al miedo y la violencia en las áreas rurales de Colombia.
Los miembros ex paramilitares han surgido y otorgan testimonios que sugieren que Perenco ha realizado diferentes pagos, incluidos efectivo, combustible, alimentos y transporte a cambio de presuntos servicios de seguridad con respecto a las actividades de extractividades de petróleo crudo de la empresa. Estas acusaciones enfatizan las conexiones complejas y tumultuosas entre los intereses comerciales y los grupos paramilitares en el contexto histórico de los conflictos de Colombia.
A la luz de estos desarrollos, la Oficina del Fiscal Público anunció que los activos y oficinas incautados de Penencenco, con un valor de aproximadamente $ 10 millones, se desviarían a un fondo para la recuperación de la víctima. Esta decisión enfatiza la dedicación continua de las autoridades colombianas para abordar el legado de la violencia y apoyar a las víctimas afectadas por un conflicto talitarizado.
Sin embargo, Perenco ha refutado firmemente las acusaciones y afirmaciones de que no han tenido una oportunidad justa de defenderse de estas afirmaciones. Un portavoz de la compañía declaró que niegan categóricamente todas las asociaciones históricas con grupos ilegales y expresaron una fuerte oposición contra cualquier implicación de la participación en las reparaciones.
De ahora en adelante, el pensente aplica una presencia operativa significativa en Colombia, con alrededor de 400 empleados y produce aproximadamente 14,000 barriles de petróleo todos los días. El futuro de la empresa en el país puede depender de los resultados del control legal continuo y el sentimiento público con respecto a sus supuestas acciones del pasado. La situación sigue siendo fluida a medida que los procedimientos legales se desarrollan y llama la atención sobre temas más amplios relacionados con la responsabilidad de la empresa y la violencia histórica en Colombia.