Los ocho tipos de pangolinas, los únicos mamíferos escamosos del mundo, amenazan una seria amenaza de extinción, principalmente como resultado de la pérdida de hábitat y la explotación desenfrenada. Los conservacionistas han expresado una preocupación urgente por los datos insuficientes que obstaculizan los esfuerzos para proteger a estos seres únicos.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y la Convención sobre el Comercio Internacional de especies en peligro de extinción de Fauna de Wilde y Flora (CITES) han demostrado que la extensión total de los peligros con los que se enfrentan los pangolinos se enfrentan poco. Encontrados en los bosques, bosques y sabanas de África y Asia, estos pequeños mamíferos nocturnos son reconocidos por su actitud defensiva curvada y su apariencia de escamas distintivas, a menudo en comparación con las piezas actuales. Sus escalas de queratina son muy buscadas en la medicina tradicional, mientras que su carne en diferentes culturas se considera un manjar.
El director general de la UICN, Grethel Aguliar, enfatizó la enorme presión con la que se enfrentan estos animales. Ella enfatizó que asegurar pangolinas no solo es esencial para la especie misma, sino también para mantener el equilibrio general de los ecosistemas. «Son uno de los mamíferos más distintivos de la tierra, viejos, gentiles e insustituibles», explicó.
A pesar de una prohibición del comercio internacional de los pangolines fundados por CITES en 2017, la trata ilegal de personas en personas sigue siendo un problema extenso y altamente organizado. Un informe reciente de expertos en la UICN exige estrategias de conservación más rigurosas que incorporen comunidades locales e indígenas como participantes esenciales en los esfuerzos de protección. Entre 2016 y 2024, las agencias de aplicación de la ley incautaron productos que están vinculados a más de medio millón de pangolines en 75 países en 178 rutas comerciales, con escalas de pangolina que representan el 99% de los artículos confiscados. Sin embargo, se observa que estos registros de convulsiones solo reflejan una pequeña parte del comercio ilegal total, donde muchos envíos no tienen nada de nada.
Además, la demanda de carne de pangolina y otros productos continúa estimulando su explotación. Matthew Shirley, copresidente del Grupo Especialista Pangolin de la Comisión de Supervivencia de Especies de la UICN, sugirió que incluso los consumidores de productos Pangolin, así como los involucrados en la cadena de suministro, deben incluirse en las discusiones de retención para desarrollar soluciones efectivas. Advirtió que solo la implementación de prohibiciones comerciales y cambios en las políticas no es suficiente para detener el tráfico continuo de las personas y que la población cae de las pangolinas.