Un ataque reciente en el-Fasher, una ciudad en la inquieta región sudanesa de Darfur, ha matado al menos a 53 personas, entre ellas 14 niños y 15 mujeres, según informes de la Red de Médicos de Sudán. El incidente ocurrió a última hora del viernes cuando las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), un poderoso grupo paramilitar, lanzaron un bombardeo y un ataque con drones contra al-Arqam Home, un refugio para familias desplazadas ubicado en los terrenos de la Universidad Islámica de Omdurman.
El ataque, que también hirió a 21 personas (cinco de ellos niños y siete mujeres), es un ejemplo de la violencia constante que se ha apoderado de la región sudanesa de Darfur durante más de dos años. La declaración del grupo médico condenó el ataque como una continuación de la llamada “política de tierra arrasada” de RSF, caracterizándolo como una grave violación de las leyes internacionales que rigen la protección de civiles durante el conflicto.
Posteriormente, la Organización Mashad, un grupo de derechos humanos, calificó el incidente como “una de las masacres más espantosas” cometidas por las RSF desde que intensificó sus operaciones en la ciudad hace más de un año. Describieron el acto como un genocidio que tuvo lugar frente a una comunidad internacional silenciosa.
El-Fasher se ha convertido en un punto focal de la violenta batalla entre el ejército sudanés y las fuerzas paramilitares. La importancia estratégica de la ciudad como último bastión del ejército en la región la ha convertido en blanco de brutales ataques, y las RSF imponen un bloqueo total desde julio. Como resultado, las Naciones Unidas y otras organizaciones humanitarias informan que aproximadamente 260.000 civiles siguen atrapados, la mayoría de los cuales han huido debido a la violencia actual.
Actualmente, los residentes se enfrentan a condiciones terribles, exacerbadas por una grave escasez de alimentos y crisis sanitarias, incluidos brotes de cólera. Los informes indican que el conflicto, que estalló en abril de 2023 en medio de una escalada de tensiones entre el ejército y las RSF, ha dejado decenas de miles de muertos y desplazado a más de 14 millones de personas. La violencia también se ve empañada por atrocidades generalizadas, incluidos asesinatos en masa y violencia sexual, lo que llama la atención de la Corte Penal Internacional, que está investigando estos actos como posibles crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
A medida que el conflicto continúa escalando y aumentan las necesidades humanitarias, la comunidad internacional enfrenta una presión cada vez mayor para responder a la crisis y aliviar el sufrimiento de las poblaciones afectadas.