Una nueva y emocionante incorporación a la programación de Netflix, “Last Samurai Standing” se estrena el 13 de noviembre y promete una mezcla de acción y drama histórico. La serie ha llamado la atención como un producto en desarrollo que comenzó en 2022, con algunos guiños a inspiraciones como ‘Squid Game’ y ‘Shōgun’ de FX. Si bien los creadores afirman que el concepto es anterior a estos éxitos anteriores, a pesar de las aparentes inconsistencias en la línea de tiempo, lo que más importa es cómo se compara esta nueva serie con sus predecesoras.
El programa ya está generando comparaciones, descrito como «El juego del calamar se encuentra con Shōgun». Es probable que tal combinación genere interés en lugar de generar cautela sobre la originalidad. Se espera que la serie ofrezca una experiencia única, especialmente porque está ambientada en la era Meiji de Japón, una época definida por la transición del dominio feudal al moderno. Si bien carece del agudo comentario social que caracterizó a ‘Squid Game’, lo compensa con ricas secuencias de acción y arcos de personajes intrigantes. Los primeros episodios fueron elogiados por sus ambiciosas escenas, con potencial para un mayor desarrollo en temporadas futuras.
Basada en la novela de Shogo Imamura, la historia comienza diez años después de la rebelión de Satsuma, donde los privilegios de la clase samurái fueron despojados a favor de la modernización. El personaje principal, Shujiro Saga, interpretado por Junichi Okada, lucha contra la desesperación personal después de perder a su hija a causa del cólera. Al enfrentar dificultades económicas, Shujiro ingresa a un mortal torneo de artes marciales en Kioto, donde los participantes deben recolectar etiquetas entre sí para ganar un importante premio en efectivo. Este formato de torneo prepara el escenario para intensos enfrentamientos y exploración de la desesperación entre los participantes, repitiendo elementos tanto de “Squid Game” como de “Battle Royale”.
A medida que se desarrolla la historia, los espectadores conocen una gran cantidad de personajes diferentes, cada uno de ellos impulsado por sus luchas personales. Desde el inexperto pero decidido Futaba hasta el astuto Kyojin, sus motivaciones se entrelazan con temas de supervivencia y desesperación. Si bien algunos personajes brillan, otros, como los oligarcas que supervisan el torneo, a menudo se sienten subdesarrollados, lo que en ocasiones resta valor al impulso general de la serie.
Las escenas de acción, coreografiadas por el propio Okada, han recibido grandes elogios por su creatividad y ejecución. El primer episodio establece un alto nivel con sus cautivadoras escenas de batalla y su vívida descripción del caos. Sin embargo, a medida que avanza la serie, el equilibrio entre la acción y el desarrollo de los personajes puede flaquear, lo que pone de relieve la cuerda floja que caminan los creadores cuando intentan construir una historia convincente sobre una base histórica.
A pesar de sus imperfecciones, “Last Samurai Standing” ofrece una experiencia visual visceral enriquecida por su contexto histórico. Si bien el desarrollo del personaje puede no alcanzar profundidad, especialmente debido al papel principal, la serie finalmente cautiva con su narración visual y secuencias llenas de acción. Aquellos que estén familiarizados con los antecedentes históricos pueden encontrar capas adicionales de significado, pero el programa es principalmente un drama de acción, diseñado para espectadores que anhelan suspenso y coreografías de lucha elaboradas.



