Las Fuerzas Armadas finlandesas están llevando a cabo una importante revisión de sus capacidades de armas pequeñas al cambiar a calibres estándar de la OTAN, alejándose efectivamente de la dependencia de municiones de la era soviética. Esta decisión estratégica tiene como objetivo aumentar la eficacia operativa de las Fuerzas Armadas finlandesas y garantizar una interoperabilidad perfecta con los aliados de la OTAN, al tiempo que fortalece la seguridad en la logística y las cadenas de suministro.
El nuevo rifle de asalto estándar está fijado en el calibre 5,56 x 45 mm, mientras que ciertas unidades especializadas utilizarán balas de 7,62 x 51 mm y 12,7 x 99 mm. El calibre actual de 9×19 mm se seguirá utilizando para pistolas. Específicamente, el calibre 7,62×51 mm está previsto para su uso en rifles de batalla y sistemas de francotirador, mientras que el calibre 12,7×99 mm está reconocido como munición estándar de la OTAN para ametralladoras pesadas, especialmente la M2 Browning.
Este cambio es parte de una iniciativa de modernización más amplia destinada a mejorar las capacidades de las armas pequeñas, incluida la adición de nuevos rifles de asalto y de francotirador al inventario, además de equipos auxiliares críticos. Las actualizaciones incluyen equipos avanzados de visión nocturna, iluminación láser, sistemas de imágenes térmicas y soluciones de iluminación montadas en armas y cascos. Por el momento, se seguirán utilizando los calibres de munición existentes, incluidos 7,62 x 39 mm, 7,62 x 53 mmR y 12,7 x 108 mm, pero se suspenderá su adquisición futura.
El general de brigada Sami-Antti Takamaa, jefe de operaciones del Comando del Ejército, explicó que la decisión de seleccionar estos nuevos calibres estuvo influenciada por numerosos factores. Estos incluyen los requisitos de capacidad del combate moderno, la carga que soportan los soldados, la necesidad de interoperabilidad con las fuerzas aliadas y consideraciones de seguridad del suministro, disponibilidad y capacidades de producción nacional.
Uno de los beneficios clave de esta transición es el aumento de la letalidad y la reducción de la carga de soldados. Se espera que la mayor velocidad de salida y la trayectoria más plana asociadas con los nuevos calibres mejoren significativamente la probabilidad de impacto, permitiendo a los soldados llevar menos balas durante las operaciones. Se espera que este cambio reduzca el peso total transportado en aproximadamente 3,5 kilogramos (7,71 libras), reduciendo la carga útil de 8,9 kilogramos (19,62 libras) a aproximadamente 5,4 kilogramos (12 libras).
Además, se espera que la transición reduzca los costos generales de adquisición debido a una mayor disponibilidad y una menor necesidad de materias primas, lo que también simplificará el entrenamiento de puntería, ya que los soldados tendrán un acceso más fácil a la munición de práctica. El conflicto en curso en Ucrania ha puesto de relieve la urgencia de contar con suministros suficientes de cartuchos para armas pequeñas, lo que subraya la necesidad de estar preparados para tiempos de guerra.
«Es fundamental», señaló Takamaa, «que mantengamos la capacidad de producción de nuestros calibres de armas pequeñas tanto a nivel nacional como dentro de la región nórdica. Desplegar los mismos calibres que nuestros aliados garantizará la compatibilidad tanto en ejercicios de mantenimiento de la paz como en circunstancias excepcionales».



