La carrera para desarrollar los aviones de combate de la sexta generación se está intensificando, lo que indica un cambio crucial en la historia de la aviación militar. Los principales poderes militares, incluidos Estados Unidos, China, Rusia y varios países europeos, superan los límites de la innovación para crear sistemas aéreos avanzados que trasciendan los principios de diseño tradicionales. Estos futuros aviones están diseñados para ser dinámicos, que evolucionan continuamente a través de la integración de la inteligencia artificial, el software y el uso de drones autónomos que funcionan en armonía con aviones controlados.
El contratista de defensa británico Bae Systems sugiere que las etiquetas de generación convencionales para aviones pronto pueden estar desactualizadas. Mike Baulkwill, director de la Compañía de Estrategia Aérea de Combat, argumenta un marco que él llama el continuo de aire de combate, con un servicio de 25 años donde las plataformas de la quinta y sexta generación coexistirán. Este enfoque anticipa un futuro en el que la lucha está dominada por sistemas no tripulados, lo que finalmente conduce a operaciones completamente autónomas.
Dentro de este paisaje, Estados Unidos promueve su programa de dominio aéreo de próxima generación (NGAD), dirigido al cazador F-47 para la Fuerza Aérea y el F/A-XX para la Marina. El objetivo ambicioso es dejar que el primer modelo vuele en 2028. ERA también se esfuerza por su futuro proyecto de Sistema de Aire de Combate (FCAS) después: una colaboración entre Francia, Alemania y España que se esfuerza por la capacidad operativa para alcanzar una capacidad operativa para 2040, mientras que el Reino Unido trabaja con Italia y Japón en el programa global de combate (GCAP), se enfoca en una plazos temporales.
Al mismo tiempo, Rusia y China entran en sus desarrollos. El MIG-41 ruso está diseñado como un sucesor del MIG-31, mientras que China se enfoca en dos proyectos de caza: el Chengdu J-36 y el Shenyang J-50. Estas afirmaciones han causado una alarma en Washington, donde los oficiales militares estadounidenses advierten que el progreso de China en el programa NGAD puede rivalizar con las capacidades estadounidenses.
Una tendencia notable en muchas iniciativas en la sexta generación es la integración de enjambres de drones autónomos, que se espera que cree una revolución en las peleas aéreas mediante operaciones coordinadas y una conciencia situacional realizada por IA.
En los EE. UU., La competencia es clara porque el F-47 de la Fuerza Aérea Boeing ha elegido como el centro de su programa NGAD, dirigido a funciones como sigilo, velocidad supersónica y tecnologías de sensores avanzados. El proyecto F/A-XX de la Armada, dirigido por Northrop Grumman, está diseñado para reemplazar los súper avispones F/A-18E/F y se esfuerza por mejorar el alcance y la integración de IA. Sin embargo, el proyecto se enfrenta a desafíos financieros, donde las asignaciones presupuestarias no satisfacen las necesidades esperadas, lo que resulta en posibles riesgos para la superioridad aérea de la Armada.
El general Mark D. Kelly, comandante del Comando de Combate Aéreo de los Estados Unidos, expresó su preocupación de que la ausencia de una sexta generación de cazadores con sede en transportista pudiera poner en peligro la defensa nacional. Mientras tanto, los desarrollos recientes sugieren que Boeing puede explorar una variante profesional del F-47, que podría optimizar los costos.
Los proyectos J-50 y J-36 de China están diseñados con capacidades operativas sigilosas y avanzadas, que ofrecen coordinación en tiempo real para acciones de combate y representan un salto considerable en la tecnología militar. El J-50 es conocido por su enfoque en la superioridad del aire y las funcionalidades de asignación, mientras que el J-36 parece haber sido adaptado para operaciones de múltiples roles con diferentes características de diseño.
Por el contrario, el MIG-41 ruso es parte de un proyecto de intercepción a largo plazo, destinado a un avión secreto que puede usar misiles hipersónicos. A pesar de los retrasos en el desarrollo y las preguntas sobre su viabilidad, el MIG-41 se considera un activo receptivo optimizado para varias misiones, incluidas las posibles operaciones no tripuladas.
En Europa, la situación está matizada con los FCA que se enfrentan a la lucha interna sobre la gestión de proyectos y los roles de liderazgo entre su trío de países. Los desacuerdos han expresado su preocupación por la viabilidad del programa, cuyo objetivo es reemplazar a los cazadores existentes hasta 2040. Mientras tanto, el proyecto GCAP muestra un liderazgo más coherente y está programado para una presentación prototipo en 2027.
Mientras que las naciones establecen sus programas de cazadores de sexta generación, la posterior raza tecnológica subraya la importancia estratégica de la superioridad del aire en un entorno global cada vez más complejo. El enfoque de todos los países o ahora los Estados Unidos es con sus ambiciosos plazos, China con sus proyectos de caza versátiles, o Europa está luchando con los desafíos colaborativos en un futuro en el que las peleas aéreas se transforman por tecnología avanzada y estrategias militares.