En un acontecimiento importante en la política de defensa francesa, la propuesta de un servicio militar voluntario ha ganado una fuerza notable en un panorama político dividido. A diferencia de muchas iniciativas anteriores del presidente Emmanuel Macron, esta idea ha resonado en una amplia coalición de apoyo tanto de las facciones conservadoras como de extrema derecha del país.
Entre las figuras clave que apoyan la iniciativa se encuentran Cédric Perrin, presidente del Comité de Asuntos Exteriores y Defensa del Senado del partido conservador Les Républicains, y Jordan Bardella, presidente de la Agrupación Nacional. Bardella, que ha criticado la abolición del servicio militar obligatorio calificándola de «error», ha sugerido que el servicio militar debería eventualmente reintroducirse como obligatorio. Sin embargo, reconoció las limitaciones financieras actuales que enfrentan las fuerzas armadas para capacitar adecuadamente a toda la juventud francesa.
En el lado izquierdo del espectro político, funcionarios como Conway-Mouret también esperan poca o ninguna resistencia a la iniciativa. Señaló: “Si es voluntario, no veo por qué habría oposición”, señalando un raro momento de consenso entre partidos.
Francia se ha fijado un objetivo ambicioso para sus reservas militares: tener una fuerza de 105.000 soldados para el año 2035, lo que significa que habría un reservista por cada dos soldados en servicio activo. Este objetivo representa un aumento espectacular con respecto al recuento actual de casi 44.000 reservistas para 2024.
Altos funcionarios militares han expresado su preocupación por la disminución de la población y su impacto en los esfuerzos de reclutamiento. Ante estos desafíos, la necesidad de una fuerza de reserva sólida se ha vuelto cada vez más urgente.
El presidente Macron introdujo inicialmente el concepto en julio y, desde entonces, la Oficina del Primer Ministro insinuó en septiembre que se estaba desarrollando un marco revisado y opcional para el servicio militar. Este enfoque proactivo subraya el compromiso del gobierno de fortalecer las capacidades militares de Francia en una era de cambios demográficos y desafíos de seguridad global en evolución.


