La policía de Trinidad y Tobago está investigando actualmente la posibilidad de que dos de sus ciudadanos estuvieran entre las seis personas muertas en un reciente ataque militar estadounidense a un barco presuntamente involucrado en el tráfico de drogas desde Venezuela. El expresidente Donald Trump afirmó el martes, sin dar detalles que lo respalden, que la operación había eliminado a seis «narcoterroristas» en aguas internacionales, afirmando que se dirigían a transportar drogas ilegales a Estados Unidos.
Las autoridades locales de Trinidad recibieron informes de residentes de Las Cuevas que indican que las dos personas estaban a bordo del barco hundido. Sin embargo, la policía aún no ha confirmado sus muertes. La escalada de violencia asociada con tales operaciones ya se ha cobrado la vida de al menos 27 personas frente a las costas venezolanas, una estadística citada por la administración Trump para justificar estas acciones militares como esenciales para proteger las fronteras estadounidenses de las importaciones de narcóticos.
Lenore Burnley, madre del pescador trinitense Chad Joseph, de 26 años, expresó su tristeza por la situación. En declaraciones a la AFP, dijo que unos conocidos en Venezuela habían informado a su familia que Joseph estaba en el barco desafortunado. Burnley expresó su preocupación por la naturaleza de la respuesta militar estadounidense, destacando que el derecho marítimo exige la obligación de detener e inspeccionar los barcos, en lugar de recurrir a ataques destructivos. «Según la ley marítima, si ves un barco, tienes que detenerlo e interceptarlo, no simplemente hacerlo estallar. Esa es nuestra ley marítima de Trinidad y creo que todo pescador y todo ser humano lo sabe», afirmó.
Joseph planeaba regresar a Trinidad y Tobago después de pasar tres meses con su familia al otro lado del agua, una distancia de aproximadamente 11 kilómetros (7 millas). Los informes de los medios locales incluyen referencias a otra víctima de Las Cuevas, un individuo conocido localmente como Samaroo.
En respuesta a las crecientes tensiones tras estos acontecimientos, el presidente venezolano Nicolás Maduro ha pedido ejercicios militares a gran escala y la movilización de fuerzas armadas, policías y milicias civiles para proteger la soberanía nacional de amenazas externas, especialmente a la luz de la mayor presencia del ejército estadounidense en la región.