La NASA está reevaluando los planes lunares en medio de los retrasos de SpaceX y considerando Blue Origin como alternativa


La NASA está preparada para recalibrar sus esfuerzos de exploración lunar a medida que aumentan las preocupaciones sobre la capacidad de SpaceX para cumplir con los plazos críticos para la misión Artemis III. El administrador interino de la NASA, Sean Duffy, ha expresado públicamente su preocupación por los retrasos de SpaceX en el desarrollo de su vehículo Starship, que es fundamental para la misión destinada a llevar astronautas a la Luna por primera vez en más de 50 años. Subrayando la urgencia de la situación, Duffy dijo: «No vamos a esperar por una sola compañía», subrayando la necesidad de que la NASA aborde la inminente competencia del programa espacial de rápido avance de China.

Duffy señaló con franqueza que las extensiones del cronograma de SpaceX corren el riesgo de dejar a Estados Unidos atrás en el panorama dinámico de la exploración espacial. Aunque la misión Artemis III está prevista para 2027, el cronograma sigue siendo incierto, lo que llevó a la NASA a reconsiderar su dependencia de SpaceX. Además, Duffy confirmó que la agencia está explorando activamente opciones para abrir el contrato de 2.900 millones de dólares originalmente otorgado a SpaceX en 2021.

Las ambiciones espaciales de China han evolucionado significativamente, con planes de enviar taikonautas a la luna para 2030. Su progreso en misiones lunares como el programa Chang’e y el desarrollo del cohete de carga pesada Gran Marcha 10 reflejan una capacidad formidable en operaciones en el espacio profundo, lo que aumenta la presión sobre la NASA para acelerar sus planes.

Starship de SpaceX ha logrado algunos avances desde que ganó el contrato del módulo de aterrizaje lunar; Sin embargo, numerosos fallos en vuelo y éxitos limitados en las pruebas plantean dudas sobre su preparación para las demandas de Artemis III. Capacidades clave como el reabastecimiento de combustible en el espacio, esencial para las operaciones lunares, aún no se han probado, lo que genera preocupación entre los expertos de la industria sobre la brecha tecnológica inherente al desarrollo de naves espaciales.

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En respuesta a estos desafíos, la NASA ha solicitado formalmente a SpaceX y Blue Origin «planes de aceleración» destinados a ajustar sus cronogramas de desarrollo. Si bien la nave espacial de SpaceX está destinada a Artemis III, el módulo de aterrizaje Blue Moon de Blue Origin ha resurgido como una posible alternativa. Originalmente planeado para misiones posteriores, Blue Origin podría intervenir si se posiciona como la opción más confiable antes de la fecha límite de 2027.

Además de acercarse a los socios existentes, la NASA está buscando de forma independiente aportaciones del sector espacial en general a través de una Solicitud de Información (RFI) para identificar nuevos contendientes para contratos de módulos de alunizaje. Esta iniciativa representa un enfoque proactivo para explorar todas las opciones disponibles para garantizar el éxito de la misión, especialmente porque empresas como Dynetics, que anteriormente ofertaron por el contrato lunar, pueden tener soluciones viables listas para considerar.

La urgencia de estas maniobras se ve subrayada por lo que se percibe como un resurgimiento de la competencia en la exploración espacial, que recuerda a la era de la Guerra Fría. Con China como un rival creciente, ambos países reconocen el potencial estratégico de la luna para la futura extracción de recursos y el desarrollo de infraestructura.

En el frente político, los comentarios de Duffy tienen eco en los legisladores que señalaron mayores asignaciones para la exploración lunar y de Marte en el último presupuesto de la NASA. Este apoyo bipartidista refleja preocupaciones sobre el liderazgo estadounidense en el espacio en medio de las crecientes capacidades chinas. Los comités del Congreso ahora están monitoreando de cerca el cronograma de Artemis III y exigiendo actualizaciones periódicas sobre el progreso del programa.

Los analistas de la industria sugieren que la estrategia en evolución de la NASA tiene como objetivo limitar los riesgos asociados con sus esfuerzos lunares. Preparada para marcar un regreso histórico a la superficie lunar, la misión Artemis III representa un momento crucial en la exploración espacial, especialmente con los planes de llevar humanos a la región del Polo Sur de la Luna.

A medida que se acerca la fecha límite del 29 de octubre para que SpaceX y Blue Origin presenten sus planes, el futuro de Artemis III está en juego. Una demostración exitosa de las capacidades de Starship, especialmente en reabastecimiento de combustible orbital, podría fortalecer su papel en la misión. Sin embargo, el reciente cambio de la NASA indica un creciente apetito por diversas estrategias y flexibilidad en la carrera hacia la Luna, transformando lo que alguna vez fue una simple asociación en un panorama competitivo de posibilidades.



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