Las preocupaciones sobre la disminución de la superioridad aérea de Estados Unidos están creciendo, como lo destacó un ex piloto y especialista aéreo de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Este sentimiento es consistente con las preocupaciones expresadas por varios oficiales militares que han enfatizado cada vez más el envejecimiento y el tamaño cada vez menor de la flota de la Fuerza Aérea de los EE. UU. Por el contrario, las capacidades de la fuerza aérea china están creciendo no sólo en número, sino también en preparación y eficacia en combate.
El coronel retirado John Venable, ex piloto de F-16, ofreció una cruda comparación el mes pasado, indicando que la Fuerza Aérea de los EE. UU. «está lamentablemente por debajo» de su contraparte china cuando se la juzga según métricas como capacidad, capacidad y preparación. A pesar de que hay más de 2.000 combatientes, sólo una pequeña porción se considera capaz de combatir. El Pentágono espera una disminución de la flota total de cazas, bombarderos, aviones de carga y aviones cisterna a menos de 5.000, agravada por el retiro de estructuras de aviones más antiguas y la lentitud en la compra de nuevos aviones. También se informa que muchos aviones existentes tienen un rendimiento inferior en términos de capacidades de misión.
Si bien los funcionarios de la Fuerza Aérea reconocen una posible reducción en el tamaño de la flota, abogan por nuevas tecnologías y capacidades para mantener la superioridad operativa. Esta estrategia de «desinvertir para invertir» tiene como objetivo reasignar recursos a capacidades avanzadas necesarias para escenarios de combate complejos. Sin embargo, numerosas iniciativas de modernización han sido pospuestas o canceladas, como muestra un informe de Venable y el analista Joshua Baker. Las tendencias históricas sugieren que es posible que se produzcan mejoras futuras en cantidades menores de las previstas originalmente, similar a desarrollos pasados con el B-2 Spirit y el F-22 Raptor.
Venable subrayó el importante progreso que China ha logrado en la mejora de su flota con modernos aviones de combate de cuarta y quinta generación. Enfatizó que China tiene más de 1.100 aviones de combate que pueden desplegarse en Taiwán sin necesidad de repostar combustible en el aire. Por el contrario, las fuerzas estadounidenses enfrentarían desafíos logísticos debido a la mayor distancia de las bases aéreas estadounidenses de posibles zonas de conflicto, lo que requeriría vuelos más largos.
A pesar de sus ventajas en sigilo, logística y alianzas establecidas, el posicionamiento geográfico de China y su creciente fuerza militar están reduciendo el liderazgo de Estados Unidos, especialmente cuando se trata de posibles enfrentamientos por Taiwán. Además, declaraciones recientes de funcionarios del Comando Indo-Pacífico de Estados Unidos revelaron que China produce 1,2 veces más aviones que Estados Unidos. Para el año fiscal 2026, la Fuerza Aérea planea comprar sólo 24 cazas F-35 (la mitad del objetivo original), lo que indica una tendencia preocupante en la preparación del equipo.
Las horas de formación de pilotos también muestran una brecha: los pilotos chinos registran unas 200 horas al año, en comparación con el promedio estadounidense de unas 110 horas. Esta disparidad genera preocupaciones sobre la preparación operativa del ejército estadounidense. Venable señaló que si bien China tiene capacidades y competitividad suficientes, la ventaja de Estados Unidos en preparación ha disminuido significativamente desde la Guerra Fría.
Los desafíos que enfrenta la Fuerza Aérea se remontan a los recortes presupuestarios posteriores a la Guerra Fría que llevaron a una disminución en el tamaño y la preparación de la flota, un fenómeno descrito como una «espiral de muerte de capacidad». Una investigación cuidadosa realizada por la Oficina de Responsabilidad Gubernamental de EE. UU. ha confirmado que tanto los despliegues continuos como las necesidades militares cambiantes han impactado negativamente la eficiencia operativa de la Fuerza Aérea.
A medida que el ejército cambia su enfoque de los esfuerzos de contrainsurgencia a posibles conflictos con otros adversarios, las preocupaciones sobre la preparación de la fuerza aérea han aumentado. El teniente general Richard G. Moore señaló el año pasado que la Fuerza Aérea está mal equipada para la competencia de grandes potencias porque enfrenta una flota envejecida y menos horas de vuelo para los pilotos. Esta situación actual plantea preguntas importantes sobre la postura estratégica del ejército estadounidense y su capacidad para responder eficazmente en un panorama global cambiante.


