En una interrupción considerable de los viajes aéreos, una parada en el suelo que dura aproximadamente cinco horas se implementó el viernes en los dos grandes aeropuertos de Dallas, Dallas Love Field y el Aeropuerto Internacional de Dallas-Fort Worth. La Administración Federal de Aviación (FAA) atribuyó esta parada inesperada a fallas en una infraestructura obsoleta, en particular la cita de problemas con el servicio de comunicación del conjunto de datos TDMI proporcionado por Frontier.
La FAA informó que múltiples interrupciones en la infraestructura de telecomunicaciones habían influido en la instalación de Faas Dallas Tracon, esenciales para el tráfico aéreo en la región. También se enfatizó una supervisión de L3 Harris, un contratista de la FAA, porque no aseguró que los despidos necesarios en el sistema funcionaran correctamente. Este mal funcionamiento ilustra en gran medida la urgente necesidad de modernización dentro de los sistemas de control de tráfico aéreo de la FAA, como lo enfatizan el escritorio en sí.
La FAA también enfatizó la importancia crucial de superar «miles de obstáculos estatales y locales» que podrían retrasar estos esfuerzos de modernización por unos años. La transición de sistemas analógicos a tecnología digital avanzada es necesaria para mantener la integridad del sistema nacional del espacio aéreo. Afortunadamente, las actividades en ambos aeropuertos han regresado al nivel normal desde entonces y la FAA trabaja con las aerolíneas para elaborar planes de recuperación para ayudar a los vuelos afectados.
El director de operaciones de American Airlines, David Seymour, expresó su decepción en una carta y describió el viernes como un «día increíblemente desafiante» para el personal y los pasajeros de la aerolínea. Explicó que el problema original giraba en torno a dos cables de fibra óptica cortada, lo que interrumpió las rutas de datos primarias y secundarias para admitir los radares, sistemas de radio y sistemas informáticos de la FAA. Aunque la FAA creó métodos alternativos para gestionar las liberaciones de escape de sus puertas, el proceso fue considerablemente lento.
Seymour trajo su frustración sobre la falta de urgencia de L3 Harris y Frontier para abordar la situación, y señaló problemas para llegar al liderazgo en esas compañías. Como resultado de la Tierra, más de 530 aerolíneas estadounidenses fueron canceladas el viernes, con otras 160 cancelaciones que se informaron temprano el sábado por la mañana.
Mientras que la FAA, L3 Harris y Frontier lograron trabajar por la noche para iniciar reparaciones, la efectividad fue solo parcial. Otra parada de suelo corta tuvo lugar el sábado por la mañana en DFW y Love Field aeropuertos debido a problemas actuales, aunque se resolvió en 30 minutos. Esta serie de eventos enfatiza la necesidad urgente de inversiones en la infraestructura de aviación del país y las posibles consecuencias del estado actual.