Las peleas de rap han trascendido la competencia tradicional para convertirse en un elaborado espectáculo de entretenimiento en 2025. La creciente prominencia de las disputas, especialmente entre pesos pesados como Kendrick Lamar y Drake, ha generado una variedad de opiniones sobre su naturaleza. Algunos ven estos conflictos como herramientas de marketing de alto riesgo, mientras que otros los ven como peligrosamente caóticos.
Trent Clark, director de TMZ Hip Hop, enfatiza que las redes sociales han amplificado el discurso en torno a esta rivalidad. “Incluso un fan casual puede tener una opinión importante con un conocimiento mínimo”, señala, indicando que la charla masiva en línea ha llevado a que el rap se convierta en una industria de entretenimiento activamente explotadora.
Rob Markman, vicepresidente de música y contenidos de Genius, se hace eco de este sentimiento y sugiere que la participación de la audiencia ha cambiado drásticamente. “Ahora todo el mundo lo observa, lo escucha y lo alienta”, señala. Se pregunta si los fanáticos realmente están interesados en la cultura o simplemente en la destrucción que a menudo conlleva estos conflictos.
Drake contra Kendrick: segunda ronda
La tensión entre Kendrick Lamar y Drake alcanzó su punto máximo después de sus intercambios líricos en 2024, consolidando su disputa como quizás la más rentable en la historia del rap. La canción de Lamar “Not Like Us” encabezó las listas y obtuvo cinco premios Grammy, incluidos Disco y Canción del año. “Si nos fijamos en las cifras, este es el mayor problema de todos los tiempos”, dice Clark.
Sin embargo, las consecuencias de su enemistad crearon nuevas complicaciones cuando Drake presentó una demanda por difamación contra Universal Music Group, alegando que la compañía promovió la canción de Kendrick en su detrimento. Aunque un juez desestimó la demanda, sigue existiendo una sensación de cautela dentro de la industria con respecto a futuras pistas de distorsión. Markman se pregunta: “¿Pueden los raperos seguir peleando entre sí?”
Si bien la demanda ilustra cómo los conflictos pueden traducirse en flujos más grandes, los conocedores advierten que estos enfrentamientos también pueden perturbar las campañas de marketing y los esfuerzos de patrocinio, especialmente si involucran a artistas bajo el mismo sello. La tensión entre Lamar y Drake sugiere que, si bien el conflicto puede generar atención inmediata, podría complicar futuras colaboraciones y dinámicas de gira.
¿Son los fans la fuerza impulsora detrás de la historia?
Este otoño, el resurgimiento de la tensión entre Cardi B y Nicki Minaj fue noticia, aunque se desarrolló principalmente en línea sin ningún intercambio oficial de canciones. “Con Nicki y Cardi, hay una parte de ‘no me gustas'”, explica Markman, sugiriendo hostilidad pero no una respuesta musical formal.
Además, no se debe subestimar el papel de los aficionados. La presión y la influencia de las bases de fans han creado un entorno en el que los artistas responden no sólo entre sí, sino también a las historias de sus seguidores. Este circuito de retroalimentación complica los límites entre la rivalidad auténtica y el drama estratégico. Clark señala que para las mujeres en el hip-hop, equilibrar la dureza y la vulnerabilidad añade una capa extra de control.
En contraste con un intercambio de pistas, Cardi B mostró gracia al tomar principalmente el camino correcto en sus interacciones públicas con Minaj. Me gusta el álbum de Cardi ¿Soy yo el drama? subió a la cima de las listas y, en particular, no contenía críticas sobre Minaj.
Cuando la carne se convierte en derramamiento de sangre
Sin embargo, algunas rivalidades han escalado hasta convertirse en amargas tensiones en el mundo real. La disputa entre NBA YoungBoy y Lil Durk, que también involucra a sus socios, alcanzó un punto trágico en 2020 cuando un tiroteo afuera de un club nocturno de Atlanta se cobró la vida de King Von, lo que generó tensiones que actualmente hacen que Durk enfrente desafíos legales.
El reciente concierto de YoungBoy en Atlanta fue particularmente cargado, especialmente cuando hizo una declaración sobre su intención de “hacer lo correcto” mientras interpretaba sus temas. Este telón de fondo de violencia y hostilidad arroja dudas sobre si los problemas de rap pueden conservar una esencia puramente comercial o si invariablemente conducirán a consecuencias más graves.
Los momentos de reconciliación, como cuando YFN Lucci y Young Thug resuelven su larga disputa, a menudo reciben menos atención de los medios. Clark expresa el dilema: “El público te deja seco y seco cuando termina el drama”.
El sector vacuno
La pregunta sigue siendo: ¿la carne vacuna es buena para los negocios? Según el veterano de la industria Al Branch, conflictos como el que existe entre Kendrick y Cardi pueden elevar la forma de arte y darle voz dentro de la cultura, pero los artistas también deben aprender a lidiar con los matices y las pérdidas potenciales que conlleva. “El rap es bueno para la cultura en algunos aspectos”, señala, pero enfatiza la importancia de comprender las consecuencias que conllevan la fama y la rivalidad.



