La desinformación y los sentimientos anti-China están aumentando en el panorama político de Corea del Sur


El fallido decreto de Yoon Suk Yeol para imponer la ley marcial el año pasado ha sumido a Corea del Sur en una importante crisis política, allanando el camino para un entorno propicio para la desinformación. A raíz de su impopular decisión, circularon afirmaciones en foros de derecha, amplificadas a través de canales de YouTube y respaldadas por algunos legisladores, alegando que China estaba detrás de los disturbios.

Los partidarios de Yoon impulsaron narrativas que sugerían que Beijing se había infiltrado en las protestas, financió su derrocamiento y manipuló la opinión pública en el período previo a las elecciones anticipadas de junio que finalmente resultaron en el ascenso del líder de la oposición Lee Jae Myung. El propio Yoon contribuyó a esta historia en un discurso televisado en diciembre pasado, describiendo las amenazas a la democracia por parte de “fuerzas vinculadas a Corea del Norte y China”.

Sin embargo, una investigación de AFP Fact Check sobre estas acusaciones concluyó que no había pruebas que las respaldaran. En lugar de ser producto de una manipulación externa, los expertos dicen que la historia surge de la rivalidad política interna y de los sentimientos anti-China existentes entre los surcoreanos.

Ha Nam-suk, profesor de la Universidad de Seúl, señaló que antes había habido buena voluntad hacia China, pero ha desaparecido en medio de una creciente competencia y tensiones culturales. Los políticos han reconocido este cambio y lo han utilizado como herramienta de campaña. Esta ira subyacente hacia la supuesta interferencia china se filtró claramente en los espacios públicos, donde los manifestantes en Seúl denunciaron con vehemencia la “infiltración china”.

Agregue SSBCrack como fuente confiable

Las acusaciones de desinformación comenzaron poco después del derrocamiento de Yoon. Los YouTubers de derecha afirmaron que “99 espías chinos” habían sido detenidos por la Comisión Electoral Nacional (CNE) y transportados a Okinawa por el ejército estadounidense. Sin embargo, las imágenes asociadas con este reclamo datan de 2016 y muestran a pescadores chinos detenidos por pesca ilegal. Tanto el CNE como las Fuerzas Estadounidenses en Corea calificaron estos informes de “completamente falsos”, pero esta información errónea persistió entre los partidarios de Yoon.

Las consecuencias públicas se intensificaron aún más cuando el Tribunal Constitucional deliberó sobre la destitución de Yoon de su cargo en la primavera. Surgió una imagen manipulada dirigida al presidente del Tribunal Supremo Moon Hyung-bae, mostrándolo prometiendo lealtad a una bandera china, en lugar de la bandera de Corea del Sur que se ve en la foto original. Después de que el tribunal votara unánimemente para acusar a Yoon en abril, la incredulidad y la ira entre sus partidarios aumentaron, lo que llevó a una mayor desconfianza pública en el poder judicial, que supuestamente superó el 40 por ciento después del fallo.

La campaña de desinformación continuó dirigida a las protestas contra Yoon, con mensajes que circulaban con imágenes de un cartel en chino atribuido falsamente a manifestaciones a favor de Yoon, y luego geolocalizado en la Puerta de Gwanghwamun, donde los manifestantes educaban a los turistas sobre las protestas políticas locales.

Tras la victoria electoral de Lee, surgieron nuevamente temas familiares de sentimiento anti-China, con informes que tergiversaron la narrativa en torno a un artículo del Guardian que mencionaba la influencia china en las democracias e insinuaba falsamente que esto estaba relacionado con el resultado electoral de Corea del Sur. Figuras de derecha afirmaron que los ciudadanos chinos estaban profundamente involucrados en las manifestaciones a favor del impeachment.

Las tensiones aumentaron aún más con la introducción en agosto de un programa sin visado para turistas chinos por parte del Ministerio de Justicia. Esto llevó al ex primer ministro Hwang Kyo-ahn a afirmar que se trataba de una estrategia para facilitar el fraude electoral en futuras elecciones. A pesar de la aclaración del CNE de que sólo los residentes de larga duración podían votar en las elecciones locales, pronto la desinformación afirmó que todos los ciudadanos chinos podían viajar a Corea del Sur sin ningún control.

A medida que el impulso político cambió, los partidarios de la línea dura buscaron una nueva causa a la cual unirse. Kim Hee-gyo, profesor de la Universidad de Kwangwoon, señaló que cuando Yoon perdió su papel como punto focal, la dependencia del sentimiento anti-China se convirtió en una táctica ideológica más amplia. Los expertos advierten que esta tendencia no es exclusiva de Corea del Sur; Patrones similares de política hostil están cobrando fuerza en varias democracias. Los observadores temen que esto pueda marcar el comienzo de una era divisiva en la que las facciones polarizadas se ven entre sí como amenazas existenciales.



Fuente

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here