En un importante cambio de política, la Administración Trump ha finalizado nuevas regulaciones que cambian drásticamente el programa de condonación de préstamos por servicio público (PSLF), vinculando el alivio de préstamos estudiantiles al cumplimiento de las leyes federales sobre inmigración y otras cuestiones. Estos cambios, anunciados el 30 de octubre de 2025, tienen como objetivo excluir a las organizaciones consideradas involucradas en “fines ilegales sustanciales” de calificar para el programa, excluyendo potencialmente a miles de servidores públicos de la condonación de préstamos estudiantiles. La medida ha provocado críticas generalizadas por la politización del alivio de la deuda y el ataque a grupos opuestos a la agenda del gobierno.
Descripción general del programa de condonación de préstamos por servicio público
El programa PSLF, establecido por el Congreso en 2007, ofrece condonación de préstamos federales para estudiantes a empleados gubernamentales elegibles después de diez años de realizar pagos calificados mientras trabajaban para agencias gubernamentales o ciertas organizaciones sin fines de lucro. Su objetivo era fomentar carreras en campos con salarios más bajos, como la enseñanza, la enfermería, la extinción de incendios y la defensa pública. Bajo la administración anterior de Biden, las reformas llevaron a la condonación de la deuda de más de 1 millón de prestatarios, abordando problemas administrativos de larga data. Sin embargo, el presidente Donald Trump ha criticado el programa por subsidiar a organizaciones que «dañan la seguridad nacional y los valores estadounidenses», lo que provocó estas revisiones para endurecer los criterios de elegibilidad.
Cambios más importantes en la nueva normativa
La norma final de 185 páginas, emitida por el Departamento de Educación de Estados Unidos, otorga al Secretario de Educación amplia autoridad para descalificar a los empleadores del PSLF si se determina que tienen un “propósito ilegal sustancial”. Las determinaciones pueden basarse en decisiones judiciales, acuerdos que admitan culpabilidad o la evaluación del Secretario de Estado basada en el estándar de «preponderancia de la evidencia». Las actividades prohibidas incluyen explícitamente ayudar e instigar violaciones de las leyes federales de inmigración, brindar atención de afirmación de género a menores (también llamada «castración química» o procedimientos para «desviar a los niños de su sexo biológico»), apoyar el terrorismo y participar en discriminación ilegal. Las organizaciones pueden apelar las descalificaciones o recuperar la elegibilidad a través de un plan de acción correctiva aprobado por el Secretario, siendo posible volver a presentar una solicitud después de 10 años o antes bajo ciertas condiciones.
Si bien la administración estima que menos de 10 organizaciones se verán afectadas cada año, el lenguaje amplio podría afectar a una amplia gama de organizaciones sin fines de lucro, incluidas aquellas que atienden a inmigrantes o brindan servicios de atención médica en estados donde la atención a menores que afirma el género es limitada. Los prestatarios empleados por organizaciones descalificadas conservarán el crédito por servicios pasados, pero perderán la elegibilidad para una condonación futura a partir de la fecha de entrada en vigor de la regla.
Vínculos con la inmigración y las agendas ideológicas
Un aspecto central de la regla vincula la condonación de préstamos estudiantiles a las prioridades de la administración en materia de control de inmigración. El presidente Trump ha formulado los cambios para evitar que el dinero de los contribuyentes apoye a entidades que “albergan a inmigrantes ilegales” o socavan la seguridad nacional. El subsecretario de Educación, Nicholas Kent, enfatizó en una declaración: “El programa de condonación de préstamos por servicio público fue diseñado para apoyar a los estadounidenses que dedican sus carreras al servicio público, no para subsidiar a organizaciones que violan la ley, ya sea albergando a inmigrantes ilegales o realizando procedimientos médicos prohibidos que intentan desviar a los niños de su sexo biológico”. Los críticos argumentan que esto politiza el programa, permitiendo apuntar ideológicamente a grupos involucrados en la asistencia a inmigrantes o la atención médica a personas transgénero, lo que podría empeorar la escasez de mano de obra en servicios esenciales.
Cronograma y justificación de la implementación
Las regulaciones entrarán en vigor el 1 de julio de 2026 y las sanciones solo se aplicarán a las actividades que se realicen a partir de esa fecha. Este retraso en la implementación da a las organizaciones tiempo para adaptarse. La lógica del gobierno se centra en la responsabilidad fiscal y el cumplimiento legal, argumentando que el programa no debería recompensar a los infractores de la ley. El presidente del Comité de Educación y Fuerza Laboral de la Cámara de Representantes, Tim Walberg (R-Mich.), apoyó la revisión, diciendo que impide el alivio para los trabajadores de “organizaciones radicales que violan las leyes estatales y federales”.
Críticas y desafíos legales
La política ha generado duras críticas por parte de defensores de los prestatarios, grupos de educación superior y organizaciones legales. Aaron Ament, presidente de la Red Nacional de Defensa Legal Estudiantil, lo describió como “un castigo a los empleados públicos por las opiniones políticas percibidas de sus empleadores” y prometió presentar una demanda pronto. La Asociación de Abogados de Estados Unidos advirtió sobre un acceso reducido a los defensores públicos, mientras que el Consejo Nacional de Organizaciones Sin Fines de Lucro destacó los riesgos de cambios ideológicos en futuras administraciones. Mike Pierce, de Protect Borrowers, lo llamó “la utilización de la deuda como arma para discursos policiales que no se alinean con la línea del partido MAGA”. Se esperan impugnaciones legales, centrándose en presuntas extralimitaciones y posibles violaciones de la intención legal.
Implicaciones más amplias para los préstamos estudiantiles
En medio de los más de 1,6 billones de dólares en deuda estudiantil pendiente que pesa sobre más de 40 millones de estadounidenses, estos cambios podrían disuadir a las personas de carreras en el servicio público, empeorando la escasez en sectores críticos. Si bien los créditos pasados se preservarán para los prestatarios actuales, la regla señala una reversión más amplia de las iniciativas de alivio de la deuda, en línea con las promesas de campaña de Trump de frenar los programas de condonación. Si bien se avecinan demandas, el futuro de la condonación de préstamos estudiantiles sigue siendo incierto, lo que podría afectar la dinámica de la fuerza laboral y el discurso político en torno al financiamiento de la educación.
 
                