La decisión de la administración Trump de revocar órdenes de abolición de la segregación escolar de larga data ha encontrado una importante resistencia por parte de un juez federal en Luisiana. El sistema escolar de Concordia Parish, junto con el estado, decidió apelar después de que el juez federal de distrito Dee Drell se negó a cerrar un caso de abolición de la segregación que tiene sus raíces en la década de 1960.
Este caso es un examen crítico de la intención del gobierno de resolver rápidamente demandas más antiguas, especialmente aquellas que se originaron en la era de los derechos civiles. Los funcionarios de Luisiana sostienen que los casos de abolición de la segregación son reliquias del pasado y ya no son necesarios. En apoyo de esta posición, el Departamento de Justicia de Estados Unidos, que tradicionalmente ha defendido estos casos, ha cambiado su posición a favor de desestimarlos.
Sin embargo, la campaña sufrió un revés cuando el juez Drell desestimó una demanda del estado y del Departamento de Justicia que buscaba liberar a Concordia de una demanda presentada en 1965 por familias negras que exigían la admisión a escuelas exclusivamente para blancos. Numerosas obligaciones legales derivadas de este caso siguen vigentes hoy en día, y ciertas familias afirman que estas órdenes judiciales siguen siendo esenciales para mejorar las condiciones educativas en las escuelas predominantemente negras.
El equipo legal de Luisiana, junto con las autoridades federales, intentó acelerar el proceso de desestimación indicando que todas las demás partes consideraban el caso innecesario. Sin embargo, esta afirmación no fue respaldada por ninguna de las familias que originalmente presentaron la demanda, ya que ya no están involucradas en el proceso.
En su fallo, el juez Drell enfatizó que el tribunal tiene el deber de garantizar que las políticas públicas y los derechos de las personas afectadas estén protegidos, especialmente a la luz de los precedentes legales establecidos. Sugirió que se le dé a Concordia Parish la oportunidad de una audiencia para demostrar que ha eliminado por completo la segregación racial patrocinada por el estado, un procedimiento estándar para desestimar este tipo de casos.
En respuesta, el distrito escolar y el estado presentaron una apelación. A pesar de la falta de comentarios inmediatos de ambas partes, el Departamento de Justicia utilizó con éxito argumentos similares en un caso anterior en el distrito de Plaquemines de Luisiana, donde lograron revocar una orden de abolición de la segregación de 1966.
En Luisiana y el sur en general persisten numerosos casos de desegregación de la década de 1960, algunos de los cuales todavía se litigan activamente, mientras que otros se han estancado. El Departamento de Justicia ha descrito estos casos de larga data como una interferencia federal injustificada en asuntos educativos locales, y la División de Derechos Civiles ha prometido que pronto se concluirán más de estos casos históricos.



