Israel y Hamás han llegado a un acuerdo preliminar para suspender las hostilidades en Gaza, con el objetivo de facilitar la liberación de rehenes retenidos por Hamás a cambio de prisioneros palestinos. El anuncio ha provocado un cauto optimismo, y ambas partes expresaron sentimientos de un posible avance en un conflicto que se ha prolongado durante dos años y se ha cobrado decenas de miles de vidas, en su mayoría entre palestinos.
El presidente Donald Trump, quien ha sido franco sobre su participación en las negociaciones, compartió en las redes sociales el miércoles por la noche que anticipaba la rápida liberación de todos los rehenes y la posterior retirada de las tropas israelíes siguiendo una línea acordada como primeros pasos hacia una paz duradera. «Esto significa que TODOS los rehenes serán liberados muy pronto», escribió Trump, asegurando que «todas las partes serán tratadas de manera justa».
Desde Gaza, Alaa Abd Rabbo, que ha sido desplazado por la violencia actual, calificó el posible acuerdo como un «envío del cielo». Expresó su molestia por los continuos disturbios y expresó su esperanza de regresar pronto a casa.
En Tel Aviv, las familias de los rehenes celebraron el anuncio, y algunas rompieron a llorar de alegría y destaparon champán ante la perspectiva del regreso de sus seres queridos. Según los informes, se espera que Hamás libere a los veinte rehenes supervivientes en unos días, mientras que Israel iniciará una importante retirada de tropas de Gaza. Sin embargo, muchos detalles del acuerdo siguen siendo confidenciales.
La situación sigue generando incertidumbres, especialmente en lo que respecta al desarme de Hamás y la futura gobernanza de Gaza. Aun así, las recientes negociaciones han marcado un cambio significativo, tras meses de escalada de violencia y protestas generalizadas en todo el mundo condenando el conflicto. La guerra fue provocada por un ataque de Hamas contra Israel en octubre pasado, que provocó numerosas bajas y acusaciones de genocidio contra Israel, una afirmación que este país niega con vehemencia.
En Egipto se hicieron esfuerzos para finalizar el acuerdo, y las discusiones clave se llevaron a cabo durante varios días. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, expresó su compromiso con el acuerdo poco después del anuncio de Trump y dijo que convocaría al gobierno para su aprobación.
Mientras tanto, Hamás ha instado a Trump y otros mediadores a garantizar una retirada rápida e incondicional de las tropas y el acceso oportuno de la ayuda humanitaria al territorio. Los profesionales médicos de Gaza, como Ahmed al-Farra del Hospital Nasser, han expresado escepticismo sobre los compromisos de Israel, aunque mantienen la esperanza de un regreso a la normalidad.
La propuesta de la administración Trump incluye un alto el fuego inmediato y la liberación de todos los rehenes restantes. Las estimaciones indican que los ataques iniciales de Hamás mataron a unas 1.200 personas y tomaron alrededor de 251 rehenes. El plan prevé una presencia militar israelí continua cerca de la frontera de Gaza, con fuerzas internacionales posiblemente supervisando la seguridad en la región.
Las reacciones encontradas de las comunidades israelí y palestina reflejan la naturaleza delicada del acuerdo. Muchos han expresado alivio ante la perspectiva de progreso, y personas como Ahmed Sheheiber, un palestino desplazado, exclamaron la importancia del alto el fuego.
En Tel Aviv, los partidarios de los rehenes se reunieron en las plazas centrales y una madre expresó su deseo de reunirse con su hijo después de soportar el dolor de la incertidumbre.
En las negociaciones han participado varias figuras influyentes, incluido el enviado de Trump para Oriente Medio y miembros del gobierno de Qatar. Trump ha señalado posibles viajes a Medio Oriente a la luz de los acontecimientos recientes.
El momento representa otro alto el fuego que busca abordar las complejidades que han asolado la región. Los altos el fuego anteriores incluyeron el intercambio de rehenes y la provisión de asistencia temporal, pero a esto le siguió una renovada violencia. Mientras tanto, informes procedentes de Gaza indican que más de 67.000 palestinos han perdido la vida y muchos más han resultado heridos en el conflicto en curso, lo que subraya la necesidad urgente de una solución duradera.