La controvertida propuesta del presidente Donald Trump para mover muchos de los 2 millones de palestinos de la Franja de Gaza se ha mantenido en gran medida desde el fondo desde el anuncio de febrero. Los líderes israelíes, en particular el primer ministro Benjamin Netanyahu, han adoptado la idea y se han vinculado a las condiciones para completar el conflicto actual que estalló después del ataque de Hamas el 7 de octubre de 2023.
Funcionarios israelíes enmarcaron la medida como una iniciativa humanitaria destinada a permitir que los palestinos escapen de la violencia continua y deterioren las condiciones de vida. Hacen hincapié en que cada movimiento sería voluntario y subraya su intención de negociar con varios países africanos sobre la aceptación de los refugiados palestinos. Sin embargo, los palestinos afirman que tal partida no sería voluntaria, especialmente en un contexto en el que su país de origen se hace gradualmente inhabitable. Las organizaciones de derechos y los segmentos de la comunidad internacional afirman que estas discusiones pueden ser una expulsión forzada, por lo que se pueden violar los principios fundamentales del derecho internacional.
Mientras que Israel intensifica sus operaciones militares en Gaza y se intensifica a áreas que permanecen sin daños. Muchos palestinos, como Ismail Zaydah, cuya familia ha optado por quedarse en la ciudad de Gaza a pesar de la considerable destrucción, expresan un ávido apego a su país. «Este es nuestro país, no hay otro lugar al que nos vayamos», enfatiza Zaydah. «No nos registramos. Nacimos aquí, y aquí morimos».
El Ministro de Defensa Israelí, Israel Katz, enfatizó la preparación del ejército para un plan con el que los residentes de Gaza quieren irse a su parte. En una declaración en las redes sociales, Katz declaró: «El plan contendrá opciones de salida a través de transiciones de tierras, así como esquemas especiales para la salida por mar y aire».
Netanyahu ha expresado la voluntad de implementar lo que él llama el «Plan Trump» durante varias direcciones públicas. En particular, declaró que Hamas debería desarmarse, sus líderes podrían irse y se fundará una gaza desmilitarizada. Afirmó que bajo esta propuesta, los ciudadanos serían evacuados de zonas de combate, lo que lleva a lo que él etiqueta una «zona estéril» en el sur de Gaza, donde los residentes podrían recibir ayuda humanitaria.
En una entrevista, Netanyahu sugirió que la ley internacional humanitaria apoya a los palestinos con la posibilidad de escapar de las áreas de conflicto, lo que hace una reacción militar más fuerte contra las tropas de Hamas restantes facilitan. Confirmó: «¡Dales la oportunidad de irse! Primero, de las zonas de batalla, y también de la franja si lo desean. Permitiremos esto, en primer lugar en Gaza durante los combates, y también les permitiremos dejar a Gaza. No los empujamos pero los dejamos lejos».
A medida que las operaciones militares se están expandiendo y las circunstancias en Gaza se deterioran, evoca claridad sobre la situación en medio de las crecientes tensiones y preocupaciones sobre una crisis humanitaria. El discurso controvertido sobre la reubicación de los palestinos continúa cargados de profundas implicaciones para el ya frágil paisaje geopolítico de la región.