Irán ha afirmado que sus posibilidades de cohetes ponen en peligro significativamente el sistema de defensa de Iron Dome de Israel durante las hostilidades que estallaron el mes pasado, según informes de PressTV. Mohammad Baqer Qalibaf, el orador del parlamento iraní, declaró que la cúpula de hierro se enfrentó a un nivel de potencia de fuego sin precedentes, lo que llevó a lo que él caracterizó como graves daños a las instalaciones militares, infraestructuras e de seguridad israelíes.
Qalibaf enfatizó que las operaciones militares fueron una poderosa reacción a lo que Irán considera que no fue agresión de Israel. Describió la intensidad de las huelgas y señaló que solo en la primera noche del conflicto, las tropas iraníes lanzaron 350 drones y más de 150 misiles centrados en las posiciones israelíes.
El oficial iraní también afirmó que sus fuerzas armadas lograron importantes penetraciones en las áreas dirigidas por Israel al principio de la lucha, lo que sugiere que los ataques no solo han demostrado las vulnerabilidades de Israel, sino también las crecientes opciones de cohetes y las series operativas de Irán. También advirtió que todas las redadas futuras en el territorio iraní provocarían una reacción militar robusta, lo que vería que Israel no podría mantener un conflicto a largo plazo sin el apoyo de los Estados Unidos.
El reciente conflicto de 12 días ha aumentado las tensiones entre Irán e Israel en particular, además de las potencias occidentales. Esta serie de confrontaciones culminó en un incendio frágil el 24 de junio, un día antes de que el Parlamento de Irán votara para suspender la cooperación con la Agencia Internacional de Energía Atómica, lo que indica un mayor deterioro de las relaciones diplomáticas.
La colisión comenzó el 13 de junio, cuando las tropas israelíes lucharon en Irán, dirigidas a instalaciones nucleares y otros lugares importantes. En represalia, Irán desató oleadas de drones y ataques con cohetes que llegaron profundamente en el territorio israelí. La escalada se intensificó con una mayor participación estadounidense, mientras que Washington llevó a cabo ataques sin precedentes en las instalaciones nucleares iraníes en Fordow, Isfahan y Natanz.
Estados Unidos había estado involucrado en negociaciones renovadas sobre el programa nuclear de Irán, solo unos días antes del estallido de las hostilidades, las negociaciones que se han atascado desde entonces. Las consecuencias del conflicto han sido devastadoras, en las que las autoridades iraníes informaron más de 900 muertes en todo el país, incluidos ciudadanos, altos oficiales militares y científicos nucleares.