Un equipo de investigación internacional de la Universidad de Colonia ha dilucidado los orígenes de un sorprendente fenómeno astronómico conocido como «Anillo de Diamantes», ubicado en la región de formación estelar Cygnus. A diferencia de estructuras cósmicas similares que generalmente son esféricas, la inusual forma plana del anillo de diamantes era hasta ahora un misterio.
Publicado en la revista Astronomy & Astrophysics, los investigadores explican que el Anillo de Diamantes tiene un diámetro de unos 20 años luz y emite una fuerte luz infrarroja. Representa un remanente de una burbuja cósmica formada por la radiación y los vientos estelares de una estrella masiva. En particular, la estructura carece de una capa esférica que se expande rápidamente; en cambio, consiste en un anillo que se expande lentamente.
Simon Dannhauer, del Instituto de Astrofísica de la Universidad de Colonia, que dirigió este estudio, destacó la importancia de observar esta estructura plana de burbujas de gas. Según él, la burbuja «estalló», permitiendo que los gases escaparan a las áreas menos densas a su alrededor, dando como resultado la distintiva forma plana visible hoy. A través de simulaciones por computadora, los investigadores determinaron que la burbuja inicialmente se expandió isotrópicamente antes de romperse perpendicularmente a la nube y finalmente formar la estructura actual del Anillo de Diamante, que se estima que tiene unos 400.000 años, una edad relativamente joven en la escala de tiempo cósmica de las estrellas masivas.
La burbuja, compuesta en gran parte de carbono ionizado, fue inflada por una estrella caliente de aproximadamente 16 veces la masa del Sol. Esta estrella masiva calienta el gas y el polvo circundantes, lo que hace que brille. Las observaciones de este fenómeno requirieron tecnología avanzada, especialmente el Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja (SOFIA), un avión Boeing modificado capaz de realizar observaciones a gran altura, más allá de la interferencia atmosférica de la Tierra. Utilizando SOFIA, los investigadores pudieron medir con precisión la tasa de expansión del anillo, que es de aproximadamente 1,3 kilómetros por segundo (equivalente a unos 4.700 kilómetros por hora), lo que se considera relativamente lento en comparación con burbujas cósmicas similares.
Estos hallazgos proporcionan información crítica sobre cómo las estrellas masivas ejercen una influencia sustancial en sus entornos, particularmente en la configuración de las condiciones para la formación de nuevas estrellas. La coautora, la Dra. Nicola Schneider, señaló los profundos efectos que las estrellas individuales pueden tener en complejos de nubes completos, lo cual es esencial para comprender la formación estelar en la Vía Láctea.
Sin embargo, el estudio trae una conclusión agridulce para los románticos entusiastas. Las observaciones muestran que el visualmente cautivador “Anillo de Diamantes” son en realidad dos objetos separados. El propio «diamante» (un cúmulo de estrellas jóvenes) se encuentra a unos cientos de años luz por delante del anillo, añadiendo una capa de complejidad a esta maravilla celestial.



