Se ha reducido significativamente el tamaño de un borrador de informe sobre las reformas a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), lo que genera preocupaciones sobre la eliminación de recomendaciones críticas destinadas a mejorar la preparación para desastres en los Estados Unidos. Según los informes, el informe, que provino de un consejo designado por el presidente, se redujo de más de 160 páginas a unas 20 páginas. Este drástico recorte se atribuye a las revisiones realizadas por la oficina de la Secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem.
Fuentes familiarizadas con la situación describieron los cambios como una “destrucción” sustancial del informe original, lo que dejó a los concejales y líderes de gestión de emergencias preocupados de que propuestas clave para impulsar la preparación del país para desastres pudieran en última instancia ser excluidas del documento final, que se espera que se publique alrededor del 12 de diciembre. El truncamiento del informe es indicativo de la estrategia de la administración actual para minimizar el papel del gobierno federal en la gestión de desastres, transfiriendo más responsabilidad a los estados, tribus y entidades locales.
Los críticos argumentan que la reducción del papel de FEMA, como lo sugieren las revisiones, podría obstaculizar la capacidad de la agencia para coordinar eficazmente la respuesta a desastres y los esfuerzos de recuperación. Muchos gobiernos estatales y locales no cuentan con los recursos necesarios para satisfacer las necesidades financieras y logísticas de la recuperación de desastres, especialmente dada la creciente frecuencia e intensidad de los desastres relacionados con el clima debido al cambio climático.
Aunque los funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) no hicieron comentarios de inmediato, la portavoz de la Casa Blanca, Abigail Jackson, indicó que el Consejo de Revisión tiene la tarea de recomendar cómo reformar FEMA de una manera que mantenga la participación federal complementaria a los esfuerzos estatales. Señaló además que la Secretaria Noem se alinea con la visión del Presidente de satisfacer mejor las necesidades del público durante los desastres.
El consejo, compuesto principalmente por representantes de estados liderados por republicanos, completó un borrador de informe a principios de noviembre que incluía sugerencias extensas, como revisar los protocolos de ayuda gubernamental y reformas a la legislación existente, como la Ley Stafford. El diseño original se basó en nueve principios clave destinados a mejorar las operaciones y los mecanismos de financiamiento de FEMA.
Las propuestas iniciales incluían ideas para proporcionar a los estados subvenciones por adelantado para la recuperación de desastres, lo que marcaría un alejamiento del modelo de reembolso actual, a menudo criticado por su lentitud. El borrador también propuso reducir el costo compartido federal de FEMA para gastos de desastre y aumentar el umbral financiero para declaraciones de desastre mayor.
Sin embargo, después de enviarlo al DHS, el informe supuestamente fue revisado para eliminar discusiones sobre programas de mitigación y reducir significativamente la financiación para las agencias locales de gestión de emergencias. Dos ex funcionarios indicaron que los cambios podrían socavar la preparación de los estados para futuros desastres. Noem convocó una reunión de último minuto del Consejo de Revisión de FEMA para discutir la situación, pero los detalles de esa reunión aún no están claros.
Durante el año pasado, el consejo ha llevado a cabo amplias actividades de divulgación, realizando sesiones de escucha en regiones afectadas por desastres y consultando con profesionales de gestión de emergencias. La creación de este consejo se produjo tras los comentarios del presidente Trump sobre la posible eliminación de FEMA, que reflejan el sentimiento de muchos miembros del consejo que piden reformas radicales dentro de la agencia.
Con el informe revisado inminente, las partes interesadas se preguntan si las recomendaciones finales garantizarán adecuadamente que FEMA mantenga su papel esencial en la gestión nacional de emergencias en medio de un panorama cambiante de responsabilidades.



