Hibernación -gena Desbloqueo: posible avance para el tratamiento de la diabetes y el Alzheimer


Investigaciones recientes han presentado conexiones intrigantes entre las extraordinarias posibilidades de supervivencia de los animales invernales y el ADN humano, con el potencial de despejar el camino para los nuevos tratamientos para la diabetes y la enfermedad de Alzheimer. Los hibernadores como las ardillas y los osos muestran una notable adaptabilidad, lograron resistir períodos a largo plazo sin alimentos y agua, al tiempo que retrasan efectivamente su metabolismo y ralentizó las temperaturas cerca del punto de congelación. En particular, evitan la descomposición muscular y nerviosa y mantienen una salud óptima a pesar de las fluctuaciones significativas de peso.

Al despertar la hibernación, estos animales muestran la capacidad de recuperarse de los síntomas relacionados con las personas que padecen diabetes, Alzheimer y accidente cerebrovascular. Elliott Ferris, coautor de uno de los estudios, enfatizó que si las personas pueden manipular sus genes de la misma manera que los hibernadores, es posible superar los trastornos como la diabetes tipo 2, lo que refleja el retorno de los hibernadores a un estado metabólico estable.

La investigación enfatizó un Gencluster específico que se conoce como el «locus de masa grasa y obesidad», crucial para el proceso de ensalada de invierno. Los segmentos de ADN que se encuentran cerca del locus FTO son de gran importancia para modular las actividades de los genes adyacentes, lo que significa que el peso corporal se regula efectivamente antes de la hibernación y un agotamiento gradual de las reservas de grasa durante el período de sueño. Chris Gregg, autor principal de la Universidad de Utah Health, notó que esta región genética representa el factor de riesgo más fuerte para la obesidad humana.

En estudios experimentales con ratones, los investigadores manipularon estas áreas genéticas específicas de hibernador, donde se observaron cambios notables en los procesos metabólicos y el control de peso. Algunas mutaciones genéticas condujeron a un aumento de peso acelerado, mientras que otras dieron como resultado un retraso en condiciones de alimentos específicas. Además, estas mutaciones influyeron en las capacidades de los ratones para recuperar la temperatura corporal después de experimentar estados relacionados con la hibernación.

Susan Steinwand, otra autora involucrada en la investigación, declaró que la perturbación de un pequeño área de ADN puede conducir a cambios significativos entre cientos de genes. Estudios anteriores han demostrado que la invierno de los animales no solo puede revertir la neurodegeneración y excluir la descomposición muscular, sino que también puede mantener una condición saludable en medio de fluctuaciones sustanciales de peso, lo que demuestra una mejor vida y una mejor salud durante el envejecimiento.

Los hallazgos enfatizan que las personas poseen todo el marco genético esencial que podría facilitar el ajuste de las propiedades tipo hibernador, siempre que ciertos interruptores metabólicos puedan evitarse. Los investigadores sugieren que una investigación más profunda sobre estos genes relacionados con la hibernación y sus regiones adyacentes de ADN pueden otorgar una resiliencia similar a las personas, lo que puede causar una revolución en la forma en que se abordan las enfermedades relacionadas con la edad.

El Dr. Gregg expresó optimismo con respecto a las implicaciones de la investigación, y señaló que comprender los mecanismos genómicos relacionados con la hibernación puede conducir a intervenciones efectivas para los trastornos asociados con el envejecimiento. La posibilidad de desbloquear este invierno acoplados a los mecanismos genéticos de sueño podría permitir a las personas atraer lecciones de hibernadores, lo que finalmente conduce a mejores resultados de salud.



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