Heroísmo olvidado: la lucha para elevar la Estrella de Plata del marino Danny Hernández a la Medalla de Honor


En marzo de 1966, durante la Operación UTAH en la provincia de Quảng Ngãi, Vietnam, tuvo lugar una crucial operación militar conjunta entre los Marines estadounidenses y el Ejército de la República de Vietnam (ARVN), con el objetivo de combatir al Ejército de Vietnam del Norte (NVA). El soldado de primera clase Danny Hernández, un infante de marina de 19 años que sirve en la Compañía M, 3.er Batallón/1.er Infante de Marina, experimentó la desgarradora realidad del combate cuando perdió a 17 compañeros infantes de marina tan solo el primer día.

Los marines entraron en la Operación UTAH esperando participar en escaramuzas similares a las que habían visto desde su desembarco anfibio en enero. Sin embargo, encontraron una feroz resistencia por parte de una unidad del EVN del tamaño de un regimiento, lo que provocó intensos enfrentamientos en medio de campos de arroz y complejos de búnkeres.

Durante el caos, Hernández fue testigo de cómo su camarada herido, el soldado de primera clase Joel Rodríguez, yacía expuesto cerca de las líneas enemigas. Haciendo gala de un coraje notable, Hernández corrió a través de una lluvia de disparos enemigos, salvando a Rodríguez a pesar de sufrir una herida de bala. Ignoró su herida e insistió en volver a la lucha, apoyando inmediatamente a sus compañeros marines contra el avance del enemigo.

Hernández recuerda vívidamente el momento y dice: “Comencé a escuchar ‘¡Dios mío, ayuda!’ fuera de la zona MEDEVAC… En ese momento hice las paces con Dios y salté de nuevo”. Sus valientes acciones no sólo unieron a su unidad, sino que también alejaron el fuego enemigo de los marines heridos, dándoles una oportunidad de luchar.

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Después del brutal enfrentamiento, y después de sufrir más heridas, Hernández fue trasladado en avión para recibir tratamiento médico. Sus experiencias le dejaron cicatrices emocionales y físicas, así como un profundo sentido del deber hacia sus camaradas caídos. A pesar de sus acciones heroicas, pasarían más de 43 años antes de que los militares reconocieran formalmente su valentía, en parte debido a errores burocráticos relacionados con el papeleo.

En 2009, Hernández finalmente recibió la Estrella de Plata, que le entregó el entonces mayor general John Kelly y a la que asistieron figuras notables como el gobernador Arnold Schwarzenegger, quien comentó sobre el heroísmo de la vida real de Hernández en contraste con las representaciones ficticias de valentía.

Impulsado por el deseo de que las valientes acciones de Hernández fueran reconocidas formalmente como merecedoras de la Medalla de Honor del Congreso, un comité dedicado comenzó a trabajar para aumentar su premio. Esta iniciativa fue liderada por Hubert Yoshida, ex comandante de pelotón, que dedicó sus últimos años a esta causa, incluso durante su batalla contra el cáncer. Señaló: «La acción de Danny se destacó como particularmente valiente, y la comparé con otros premios más importantes otorgados por acciones similares… y concluí que Danny debería ser considerado para el premio más alto, la Medalla de Honor del Congreso».

La lucha por el reconocimiento destaca tanto el coraje individual de Hernández como el sacrificio colectivo de los Marines de la Compañía M, 3/1 durante la Operación UTAH. Hernández aprecia profundamente los esfuerzos de sus hermanos de armas y dice: «Yoshida continuó luchando por esto mientras luchaba contra el cáncer. Las personas que quieren que alguien obtenga algo hicieron el esfuerzo».

A pesar de su reconocimiento, Hernández continúa demostrando humildad y atribuye su valentía a los esfuerzos colectivos de todos los que sirvieron a su lado. «No tuve coraje. El coraje es de todos los que lucharon en la Operación UTAH», enfatizó.

Además de esta historia de valentía, Hernández ha dedicado su vida posmilitar al servicio comunitario. Como director ejecutivo del Centro Juvenil Hollenbeck y fundador de los Inner-City Games, sigue comprometido a ayudar a los jóvenes desfavorecidos de Los Ángeles. Su viaje desde una educación desafiante en el este de Los Ángeles hasta un infante de marina condecorado personifica la resiliencia y el liderazgo.

Mientras continúan las discusiones sobre la posibilidad de convertir su Estrella de Plata en Medalla de Honor, la historia de Hernández sirve como un conmovedor recordatorio de los sacrificios realizados durante el conflicto militar y la lucha en curso por el reconocimiento legítimo del heroísmo. Para obtener más información sobre estas iniciativas, incluidos detalles sobre el próximo libro y documental de Hernández, las personas interesadas pueden acceder a recursos relacionados con el comité enfocado en mejorar su Estrella de Plata.



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