Hamás ha anunciado que no participará en la administración de Gaza de posguerra, coincidiendo con los preparativos de los líderes mundiales para una cumbre de paz en Egipto destinada a estabilizar la región. Esta declaración sigue a la reciente implementación de un alto el fuego después de que Israel y Hamás acordaron un plan de paz de 20 puntos propuesto por el expresidente estadounidense Donald Trump.
Una fuente cercana al comité de negociación de Hamás confirmó la posición del grupo, afirmando: “Para Hamás, la gobernanza de la Franja de Gaza es una cuestión cerrada. Hamás no participará en absoluto en la fase de transición, lo que significa que ha renunciado al control de la Franja de Gaza, pero sigue siendo una parte fundamental del tejido palestino”. Según este responsable, Hamás ha solicitado una reunión en Egipto antes de finales de la próxima semana para ultimar la formación de una comisión palestina, cuyos miembros potenciales ya han sido identificados.
Hamás, junto con otras facciones palestinas, propuso cuarenta nombres para este comité, enfatizando que no habría poder de veto sobre estas selecciones y que ninguno de los miembros propuestos tiene vínculos con Hamás.
Además de su decisión sobre la gobernanza, Hamás enfrenta importantes desafíos en materia de desarme bajo la iniciativa de paz de Trump. El plan describe que Gaza debería pasar a ser una “zona desradicalizada y libre de terrorismo”, que no supondría una amenaza para las regiones vecinas. Un elemento central de esta iniciativa es la disposición de que Hamas debe desarmarse completamente, una demanda al que el grupo históricamente se ha opuesto con vehemencia.
Una fuente aclaró: “Hamás ha aceptado un alto el fuego a largo plazo y el hecho de que sus armas no se utilizarán en absoluto durante este período, excepto en el caso de un ataque israelí contra Gaza”. Sin embargo, otro funcionario de Hamás afirmó que la cláusula de desarme está “excluida” y “no negociable”, subrayando la firme negativa del grupo a desprenderse de sus armas.
La complejidad de estas discusiones, combinada con la terrible situación humanitaria en Gaza, pone de relieve las dificultades que tenemos por delante para lograr una paz y una estabilidad duraderas en la región. Mientras los líderes mundiales se reúnen para deliberar sobre estas cuestiones críticas, la comunidad internacional observa de cerca cómo se desarrollarán estas negociaciones.



