La producción en masa de drones interceptores ucranianos comenzará en Gran Bretaña, lo que marcará un cambio crucial en la estrategia de defensa de Ucrania, mientras el país busca licenciar en el extranjero la producción de sus armas de diseño nacional. El secretario de Defensa británico, John Healey, anunció esta iniciativa, conocida como Proyecto Octopus, durante una conferencia de prensa el 20 de octubre. Se espera que el proyecto esté operativo “en unas semanas”.
Este anuncio sigue a los recientes movimientos de Brave1, el grupo de tecnología de defensa respaldado por el gobierno de Ucrania, que ha identificado categorías clave de armas adecuadas para exportar a aliados occidentales. A la luz de los actuales desafíos militares, Kyiv ha reexaminado las restricciones a las transferencias de armas. En julio, los líderes ucranianos introdujeron una nueva iniciativa destinada a permitir que los países aliados –especialmente los miembros de la coalición Ramstein– fabriquen sistemas de defensa ucranianos en su propio territorio. Sin embargo, el presidente Volodymyr Zelensky ha advertido que esta iniciativa se desarrollará gradualmente y sólo implicará una flexibilización cuidadosamente regulada de las restricciones a los excedentes de armas.
Healey reveló que los drones interceptores, que están diseñados específicamente para contrarrestar los drones de ataque tipo Shahed, servirán como columna vertebral de una estrategia de defensa europea coordinada destinada a establecer un «muro de drones» para proteger contra las crecientes amenazas aéreas rusas. Bloomberg informó que esta asociación podría alcanzar una tasa de producción de alrededor de 2.000 drones interceptores por mes.
«A través del Proyecto Octopus, nuestros amigos ucranianos compartirán la tecnología y la propiedad intelectual con Gran Bretaña; a su vez, la desarrollaremos y produciremos en masa para entregar miles de drones interceptores a Ucrania cada mes», dijo Healey.
Además, en septiembre, el fabricante ucraniano de drones Ukrspecsystems confirmó una inversión sustancial de más de 267 millones de dólares en la construcción de una nueva instalación de producción en Mildenhall, Reino Unido. Se dice que el dron interceptor, que fue desarrollado en Ucrania con la ayuda de ingenieros británicos, cuesta menos del 10% de los objetivos previstos.
Gran Bretaña está intensificando su atención a las capacidades de los drones como parte de esta iniciativa; Healey también anunció el establecimiento de un nuevo Centro de Drones en el Reino Unido. Se espera que la inversión en drones y otros sistemas autónomos se duplique y supere los 4.000 millones de libras (5.000 millones de dólares). Este compromiso subraya la estrategia del Reino Unido de gastar el 10% de su presupuesto de equipos en nuevas tecnologías a partir de este año.