Los esfuerzos militares de Rusia en Ucrania se consideran cada vez más un componente central de su infraestructura económica, con proyecciones que indican que la industria militar del país continuará floreciendo, independientemente del resultado de la guerra. Un informe reciente del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSI) enfatiza que detener las hostilidades probablemente no conducirá a una reducción significativa en las inversiones militares. Los analistas de CSIS afirman que, a medida que el conflicto ingresa a su cuarto año, la economía rusa, a pesar de que las sanciones occidentales lo afectan mucho, parece lo suficientemente resistente como para apoyar sus ambiciones militares en el futuro cercano.
El informe revela un pico esperado en el gasto de defensa, que se espera que alcance una altura postsoviética del 6,3% del PIB para 2025, y posiblemente aumentos adicionales en medio de retrasos económicos. Aunque la producción se ha contratado y las cifras laborales han caído, el crecimiento bruto del producto interno vio un aumento modesto; Sin embargo, cayó del 4.5% al 1.4% en solo un trimestre. Los analistas señalan que la economía rusa ha mostrado una capacidad inesperada para adaptarse, lo que mantiene altos ingresos de las exportaciones de energía y un presupuesto equilibrado, mientras que invierten mucho en capacidades militares y producción de armas nacionales.
Es importante que esta militarización de la economía haya creado una gran red de partes interesadas políticas y económicas en la sociedad, desde la élite hasta el ciudadano promedio, que tienen intereses en la continuación de los conflictos militares. Esta amplia base de apoyo hace que las reducciones sustanciales de las actividades militares fueran políticas y económicamente improbables.
Incluso en el caso de un alto el fuego, los incendios aseguran que Rusia aún se concentraría en reconstruir y expandir sus capacidades militares en los próximos diez años. Según el informe, los cambios sociales causados por la guerra han sido lo suficientemente profundos como para que la tendencia de la militarización probablemente continúe existiendo independientemente del conflicto actual en Ucrania.
Al mismo tiempo, la actitud militar estratégica de Rusia parece permanecer agresiva. CSIS afirma que el Kremlin se está preparando para una confrontación a largo plazo con la OTAN, con la ayuda del conflicto actual como una oportunidad para modernizar sus fuerzas y probar la determinación de los países occidentales. Además del progreso militar tradicional, Rusia detiene su participación en las tácticas de guerra híbridas, incluidas las operaciones cibernéticas, las campañas de desinformación, el sabotaje y los ataques a la infraestructura crítica.
Los analistas advierten que, a pesar del hecho de que la OTAN se supera en las capacidades militares estándar, la iteración actual de Rusia es una amenaza más importante para la seguridad europea que antes de la escalada del conflicto a principios de 2022. El Kremlin parece ser aprendido de sus retrocesos, lo que será cuidadoso y más seguro.
En general, las reformas militares actuales indican que Rusia podría prepararse para una confrontación futura con la OTAN, posiblemente incluyendo una guerra convencional a gran escala en la siguiente década.