El actual cierre del gobierno sigue sin resolverse, ya que el Senado de Estados Unidos no logró por sexta vez avanzar proyectos de ley de financiación cruciales destinados a reabrir el gobierno. En la votación final, que tuvo lugar el miércoles, la medida propuesta por el Partido Republicano fue adoptada con 54 votos a favor y 45 en contra. Sin embargo, no alcanzó los 60 votos necesarios para avanzar, lo que refleja un continuo estancamiento partidista.
Ambas partes intercambiaron acusaciones sobre el enfrentamiento. El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, enfatizó que la responsabilidad ahora recae en el Senado y afirmó: «La Cámara está lista. La pelota está ahora en el tejado del Senado». Pidió específicamente a los demócratas del Senado que apoyen el proyecto de ley republicano destinado a mantener la financiación gubernamental en los niveles actuales hasta el 21 de noviembre.
La situación parece sombría y no se vislumbra una solución inmediata. Los senadores rechazaron recientemente tanto un plan republicano como una alternativa demócrata. La propuesta demócrata incluía disposiciones centradas en la reforma de la atención sanitaria, mientras que la legislación respaldada por el Partido Republicano se centraba únicamente en medidas de financiación a corto plazo.
El líder de la minoría del Senado, Chuck Schumer, subrayó la necesidad de negociaciones bipartidistas, especialmente sobre la expiración de los créditos fiscales para la atención médica, antes de que un proyecto de ley de financiación pueda obtener el apoyo de los demócratas. Subrayó que una mera promesa de negociar en el futuro no sería suficiente para influir en el apoyo de su partido.
La medida de financiación demócrata también fue rechazada, con sólo 47 votos a favor y 52 en contra, en un resultado estrictamente partidista. A pesar de los esfuerzos recientes, ningún senador demócrata ha decidido apoyar la iniciativa de financiación del Partido Republicano. Hasta ahora, sólo los senadores John Fetterman, Catherine Cortez Masto y Angus King han roto filas para apoyar la propuesta republicana, por lo que el Partido Republicano necesita al menos cinco votos demócratas más para impulsar la medida.
Dado que las negociaciones parecen estar estancadas, la perspectiva de una solución al cierre sigue siendo incierta, con importantes consecuencias para las operaciones federales y los trabajadores en todo el país.
