El actual cierre del gobierno ha provocado un importante estancamiento legislativo en el Senado, donde los esfuerzos por pagar a los trabajadores federales han enfrentado resistencia bipartidista. A medida que el cierre entra en su día 23, ambas partes han rechazado las propuestas de la otra, dejando a muchos trabajadores federales preparándose para recibir su primer cheque de pago atrasado al final de la semana.
Durante la polémica sesión, los republicanos del Senado bloquearon una propuesta demócrata destinada a pagar a todos los trabajadores federales y protegerlos de posibles despidos masivos por parte de la administración Trump. En una medida paralela, los demócratas rechazaron un proyecto de ley republicano que apuntaba a compensar sólo a aquellos trabajadores considerados «exentos» que continúan presentando informes a pesar del cierre. La medida republicana, presentada por el senador Ron Johnson de Wisconsin, fue propuesta como un medio para evitar castigos a los empleados federales durante futuros enfrentamientos. Sin embargo, los críticos lo vieron como una solución inadecuada que favorecía desproporcionadamente a ciertos trabajadores y excluía a los que actualmente estaban en ERTE. El líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, denunció la propuesta y la caracterizó como una herramienta para extender el cierre y perjudicar a los trabajadores federales y a sus familias.
La situación ha llegado a un punto crítico y los servicios gubernamentales esenciales comienzan a sentir la presión. Los funcionarios federales, incluido el secretario de Transporte, Sean Duffy, compartieron sus preocupaciones directamente con los controladores de tráfico aéreo y los instaron a seguir trabajando sin paga. Duffy destacó que los controladores pronto perderían su primer sueldo completo, lo que provocaría dificultades financieras, ya que muchos consideraron aceptar un segundo trabajo para administrar los costos de vida. Expresó incertidumbre sobre la confiabilidad de los viajes aéreos durante este período, sugiriendo que los retrasos y cancelaciones serán más comunes.
Estos problemas financieros se ven exacerbados por el inminente período de inscripción abierta para el seguro médico en virtud de la Ley de Atención Médica Asequible, que comienza el 1 de noviembre. Los demócratas se apegan a las negociaciones para ampliar los subsidios introducidos durante la pandemia de COVID-19 que expirarán a finales de año. Si bien algunos republicanos han expresado interés en discutir posibles ajustes a los créditos fiscales, sigue siendo difícil llegar a un consenso. El líder de la mayoría en el Senado, John Thune, enfatizó que las discusiones sobre atención médica no serían productivas hasta que se disponga de fondos gubernamentales.
A medida que las negociaciones se estancan y se acercan los plazos para los trabajadores federales y el acceso a la atención médica, el enfrentamiento ilustra una brecha cada vez más profunda entre las dos partes, con poca evidencia de compromiso a la vista. El espectro de una inseguridad financiera continua se cierne sobre muchos empleados federales y poblaciones vulnerables que dependen de los programas de asistencia del gobierno.



