Un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de SWPS investiga las complejas historias de familias migrantes polacas que viven en Alemania, que muestra cómo la decisión de migrar puede unir y distribuir miembros de la familia. La investigación, parte del proyecto IRIMTA dirigido por la Dra. Paula Pustułka y la candidata doctoral Zuzanna Kapciak, se centra en las diferentes experiencias compartidas de los padres y sus hijos adultos con respecto a sus historias de migración.
Con más de 870,000 ciudadanos polacos que viven en Alemania, y más de dos millones de personas que se identifican con un entorno de migración polaca, esta comunidad representa el segundo grupo étnico más grande del país. A pesar de esta importante presencia, los migrantes polacos han sido investigados relativamente, en particular con respecto a las diversas experiencias entre el género y las generaciones.
Para comprender mejor esta dinámica, los investigadores entrevistaron a 22 personas de familias polacas en Alemania, incluidos los padres que emigraron hace unos 25 años y sus hijos de 18 a 29 años. Los resultados indican que aunque ambas generaciones están construyendo historias de migración similares, sus reacciones emocionales difieren considerablemente. Por ejemplo, los adultos jóvenes de la generación 1.5, que se mudaron a Alemania cuando eran niños, por ejemplo, a menudo muestran sentimientos de falta de libertad de elección en la decisión de sus padres de migrar, en contraste con sus hermanos y hermanas nacidos en Alemania y no comparten estos sentimientos.
El estudio destaca varias motivaciones para la migración basadas en el género. Las mujeres enfatizaron el énfasis en las conexiones emocionales, como convertirse en miembro de sus seres queridos o cumplir con las obligaciones familiares, mientras que los hombres se centraron principalmente en las oportunidades económicas y el desarrollo profesional.
Un hallazgo importante sugiere que la generación más joven, independientemente de dónde nacieron, está contando activamente las historias de migración de sus familias. Sin embargo, las historias que muestran migración reflejan negativamente a menudo la tensión de las relaciones familiares o los desafíos de integración.
Kapciak argumenta que las familias migrantes mejoran su ajuste al buscar varias formas de apoyo, incluida la asistencia psicológica y social. La preparación de los niños para la migración y el apoyo a la llegada se enfatiza como componentes críticos para aliviar la transición.
Los investigadores señalan que la migración es un proceso a largo plazo con múltiples facetas durante las generaciones. Las historias familiares pueden forjar neumáticos más fuertes, pero también pueden recurrir al resentimiento sin resolver. Este concepto es crucial para las discusiones de migración contemporánea en Europa, que reformula la migración como una familia en lugar de una elección individual.
Además, el estudio enfatiza que los migrantes polacos en la segunda generación en Alemania mantienen conexiones con su herencia y consideran sus experiencias biculturales como baratas. El conocimiento del idioma polaco es beneficioso para estos adultos jóvenes durante la navegación de la educación y el mercado laboral.
Las implicaciones de esta investigación se extienden más allá de las historias individuales para informar la política de migración en Polonia y Alemania. El equipo argumenta a favor de la política que el potencial de las generaciones 1.5 y segundas reconoce a los migrantes polacos como lazos esenciales para promover las relaciones transnacionales, y enfatiza que a menudo ven su herencia como un recurso.
Ambos investigadores insisten en un enfoque matizado para la integración de los migrantes que tiene en cuenta las relaciones intergeneracionales e historias individuales. Afirman que es esencial una perspectiva flexible sobre la movilidad y que las familias argumentan a considerar sus circunstancias y necesidades únicas para tomar decisiones de migración.
En general, este estudio arroja ligeramente las complejas experiencias de las familias migrantes, y enfatiza la importancia de sus historias compartidas y, al mismo tiempo, reconoce los variados paisajes emocionales que pueden surgir dentro de la dinámica de la familia.