El estudio cree que los patrones de sueño pueden indicar el riesgo de demencia en mujeres mayores


La investigación ha presentado una relación sorprendente entre los patrones de sueño y los primeros signos de demencia, lo que hace que la nueva luz se desprende de posibles indicadores de deterioro cognitivo. Un estudio reciente observó cuidadosamente los hábitos de sueño de 733 mujeres en la década de 1980, utilizando rastreadores de sueño para recopilar datos durante un período de cinco años. Durante el seguimiento, los hallazgos revelaron que 164 participantes habían desarrollado un deterioro cognitivo leve, mientras que 93 fue diagnosticado con demencia.

Los investigadores enfatizaron una tendencia notable entre aquellos que han experimentado un aumento significativo en la somnolencia. En particular, las NAP excesivas se identificaron como un factor de riesgo para desarrollar demencia. Estos hallazgos sugieren que los cambios en los patrones de sueño pueden servir como un «marcador temprano» para la demencia en mujeres mayores, lo que requiere una mayor conciencia entre los proveedores de atención y las familias.

El Dr. Clifford Segil, neurólogo en el Centro de Salud de Providence Saint John en Santa Mónica, CA, enfatizó la comprensión evolutiva del papel del sueño en la salud cognitiva y señaló que los misterios constantes que rodean por qué estamos durmiendo. Según él, diferentes opiniones sobre el sueño bajo los neurólogos subrayan la complejidad de este problema.

A la luz de estos hallazgos, los Institutos Nacionales de Envejecimiento han compilado una lista con síntomas tempranos asociados con la demencia, que incluyen:

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– pérdida de memoria, mal juicio y confusión
– dificultades de hablar, comprender y expresar pensamientos
– desorientación o perderse en lugares conocidos
– Problemas con la gestión de las finanzas y el pago de cuentas
– Repetición de preguntas o el uso de palabras inesperadas para objetos conocidos
– Mayor tiempo necesario para completar las tareas diarias
– Una disminución en el interés en las actividades de rutina
– Alucinaciones, delirios o paranoia
– Comportamiento impulsivo y falta de preocupación por los sentimientos de los demás
– Traer problemas en el equilibrio y los problemas de movimiento

Para aquellos que notan sobre los cambios en sí mismos o un ser querido, es crucial consultar a un proveedor de atención. Un control físico extenso y una discusión sobre los síntomas potenciales pueden conducir a intervenciones y apoyo oportunos. Esta evidencia emergente de que los trastornos del sueño se vinculan con la salud cognitiva pueden servir como una historia importante en el esfuerzo constante para combatir la demencia, especialmente en las mujeres mayores.



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