En una historia transformadora de resiliencia, Quantavia Smith, de 38 años, pasó de una vida sin hogar a conseguir un apartamento tipo estudio en Los Ángeles, una hazaña que le ha dado una nueva independencia. Después de pasar años en las calles y depender de amigos como refugio temporal, Smith ahora disfruta de una situación de vida estable en un complejo estratégicamente ubicado encima de una estación de metro, lo que le brinda fácil acceso al transporte público mientras busca trabajo sin necesidad de un automóvil.
Desde la mudanza de julio, la perspectiva de Smith ha cambiado dramáticamente. Ella describe su nuevo espacio vital como una “sensación de alivio”, y atribuye su bienestar actual al acuerdo de vivienda que le exigía pagar sólo 19 dólares al mes (sólo el 30% de sus ingresos) por un apartamento que normalmente costaría alrededor de 2.000 dólares. “Cuando tienes tu propio espacio, sientes que puedes hacer cualquier cosa”, reflexiona, enfatizando la importancia de la estabilidad en su vida.
Las ciudades de todo Estados Unidos, desde Los Ángeles hasta Boston, están adoptando cada vez más estrategias que integran el desarrollo de viviendas con el acceso al transporte público. Los funcionarios afirman que este enfoque fomenta la revitalización de vecindarios abandonados, proporciona soluciones de vivienda asequibles y apoya el transporte público, al tiempo que reduce las emisiones de gases de efecto invernadero mediante una menor dependencia de los automóviles.
Expertos como Yonah Freemark del Land Use Lab del Urban Institute abogan por el desarrollo orientado al transporte público como estrategia principal para abordar la escasez de viviendas. Freemark señala que el uso eficaz de la infraestructura de transporte existente es crucial; Sin desarrollos circundantes, las inversiones en transporte público pueden parecer en vano.
La residencia de Smith en Santa Mónica y Vermont Apartments es parte de una iniciativa más amplia liderada por la Autoridad de Transporte Metropolitano del Condado de Los Ángeles, cuyo objetivo es construir 10,000 unidades de vivienda cerca de los centros de tránsito para 2031. En Washington DC, esfuerzos similares han resultado en casi 1,500 nuevos apartamentos cerca de las estaciones de tránsito, posibles gracias a una asociación con Amazon para facilitar el desarrollo de viviendas asequibles.
La situación en Boston es un ejemplo de la adopción generalizada de proyectos de vivienda relacionados con el transporte público, como se ve en el popular desarrollo Pok Oi Residents en Chinatown. Este establecimiento no sólo ofrece a familias como la de Bernie Hernández una alternativa práctica a la propiedad de un coche, sino que también subraya la comodidad de vivir en la ciudad, con servicios esenciales fácilmente accesibles a pie o en metro.
Mientras los estados presionan para reformar las restrictivas leyes de zonificación que han obstaculizado el desarrollo de viviendas multifamiliares, California aprobó recientemente una ley que promueve estructuras más grandes en terrenos propiedad de empresas de transporte por carretera. Se están introduciendo medidas similares en Colorado y Washington, destacando la importancia de que las comunidades de uso mixto den prioridad al acceso al transporte público para reducir el impacto ambiental.
Massachusetts ha tomado medidas a través de una ley de 2021 que exige que las comunidades cercanas creen zonas para viviendas multifamiliares. La gobernadora Maura Healey enfatizó el objetivo de hacer que las viviendas estén disponibles cerca del transporte público para mejorar la eficiencia de los desplazamientos, lo que en última instancia conduciría al desarrollo de más de 6,000 nuevas unidades en todo el estado.
A pesar de los avances, aún persisten desafíos importantes. La resistencia de las comunidades locales, los crecientes costos de construcción y los obstáculos burocráticos amenazan la implementación exitosa de iniciativas orientadas al transporte. Un estudio reciente del Urban Institute encontró que existen grandes disparidades en el desarrollo de viviendas: en los últimos veinte años se han construido nueve veces más viviendas lejos del transporte público, una tendencia que muchos consideran profundamente preocupante.
En Los Ángeles, el complejo de seis pisos que alberga a Smith y otros está revitalizando gradualmente el área adyacente, y pronto se abrirán nuevos negocios. La iniciativa no sólo ha proporcionado refugios físicos para personas que antes estaban sin hogar, sino también servicios de apoyo, incluidos trabajadores sociales para ayudar con habilidades para la vida y colocación laboral.
Smith encarna la esperanza y el potencial que estas estrategias de vivienda en evolución pueden brindar. “Soy muy afortunada de estar en un lugar donde el transporte público me lleva a donde quiero ir”, dice, celebrando su nueva capacidad para vivir la vida de forma independiente. Su viaje refleja no sólo un triunfo personal, sino también las implicaciones más amplias de políticas efectivas de vivienda y tránsito en la configuración de las comunidades.


