El cierre del gobierno llega en su séptimo día sin acuerdo y paga incertidumbre a los trabajadores en ERTE


Mientras el cierre del gobierno se prolonga hasta su séptimo día, los legisladores no lograron celebrar una sexta votación para reabrir el gobierno, lo que encerró tanto a los republicanos como a los demócratas del Senado en un punto muerto. Las tensiones aumentaron aún más con un nuevo memorando de la Casa Blanca advirtiendo que los empleados federales suspendidos podrían no recibir pago durante este período de inactividad, lo que generó alarma entre los afectados.

Las negociaciones sufrieron otro golpe cuando los demócratas del Senado insisten en llegar a un acuerdo para ampliar la falsificación del crédito fiscal de Obamacare antes de aceptar medidas para reabrir el gobierno. Mientras tanto, los republicanos del Senado se mantienen firmes, insistiendo en que las discusiones sobre estos créditos fiscales sólo deberían reanudarse una vez que el gobierno vuelva a funcionar.

El líder de la minoría del Senado, Chuck Schumer, expresó sus frustraciones y acusó a los republicanos de la Cámara, en particular al presidente Mike Johnson, de empeorar la situación al ausentarse de las sesiones. “Cientos de miles de empleados federales están despedidos y miles más están trabajando sin paga”, afirmó Schumer, condenando la situación actual en la que los republicanos de la Cámara de Representantes reciben “pago y no trabajan” mientras que los empleados federales han quedado en un limbo financiero.

El memorando de la Casa Blanca, informado por primera vez por Axios, indicaba que hasta 750.000 empleados federales no esenciales podrían quedarse sin recibir pago durante el cierre. Esta revelación ha generado una ansiedad significativa entre los empleados federales atrapados en el fuego cruzado legislativo, quienes ahora enfrentan incertidumbre sobre su estabilidad financiera.

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Cuando se le preguntó sobre las implicaciones de este memorando, el presidente Donald Trump sugirió que el hecho de que los trabajadores ilustrados acepten o no el reembolso depende de individuos específicos. Los comentarios de Trump también implicaron una división entre los trabajadores federales que «merecen» ser atendidos y los que no, preocupados por las disparidades percibidas en el trato.

Los senadores del otro lado del pasillo respondieron con cautela al memorando. La senadora Shelley Moore Capito expresó su sorpresa al enterarse de la noticia y esperaba que pudiera aumentar la urgencia de las negociaciones o incitar más ira entre los trabajadores afectados. El senador Thom Tillis se hizo eco de estos sentimientos, calificando el memorando como una mala medida estratégica en un momento delicado y criticando a los demócratas por poner en peligro a los trabajadores federales.

La senadora Susan Collins enfatizó que la cuestión de los pagos retroactivos ya debería haber sido resuelta mediante una ley aprobada en 2019, que garantiza la compensación a los trabajadores despedidos durante futuros cierres. Sin embargo, Collins sugirió que el Congreso podría tomar medidas adicionales para autorizar pagos por cualquier responsabilidad incurrida durante el cierre.

Por otro lado, el senador Brian Schatz argumentó que el lenguaje de la ley era claro e inequívoco con respecto a los derechos de los empleados federales a recibir pago independientemente del memorando. Hizo hincapié en que la atención debería seguir centrándose en la asistencia sanitaria mientras continúan las negociaciones.

El telón de fondo de la creciente frustración también incluye mayores amenazas de la Oficina de Gestión y Presupuesto (OMB), que sugirió que una posible interrupción masiva podría implementarse sin los típicos permisos durante el cierre. Además, el director de la OMB, Russ Vought, anunció que se retendrían casi 30 mil millones de dólares en fondos federales de los estados y ciudades azules, una medida que aumentó la presión que enfrentan los demócratas del Senado.

Si bien tanto Johnson como el líder de la mayoría del Senado, John Thune, expresaron su apoyo a garantizar que los trabajadores suspendidos reciban un reembolso, argumentan que el actual estancamiento puede resolverse si Schumer y los demócratas acuerdan reabrir el gobierno. “Abre el gobierno y esto no será un problema”, señaló Thune, abogando por un regreso a la normalidad para aliviar las preocupaciones financieras de los trabajadores federales en todo el país.

A la luz de estos acontecimientos, las discusiones continúan, pero la atmósfera sigue siendo tensa, con pocas señales de compromiso visibles en el horizonte.



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