El frágil alto el fuego en Gaza enfrentó un desafío importante el domingo cuando las fuerzas israelíes lanzaron una serie de ataques aéreos en respuesta a las muertes reportadas de dos soldados israelíes. Un funcionario de seguridad israelí declaró que la transferencia de ayuda humanitaria a la región se detuvo temporalmente debido a la reanudación de la violencia. Sin embargo, el ejército indicó más tarde que había reanudado la aplicación del alto el fuego y confirmó que las entregas de ayuda se reanudarían el lunes.
Esta escalada se produce poco más de una semana después del inicio de un alto el fuego propuesto por Estados Unidos destinado a poner fin a dos años de conflicto en curso. Los funcionarios de salud en Gaza informaron de al menos 36 muertes palestinas en los ataques, que según Israel tenían como objetivo numerosas instalaciones de Hamas en represalia por el fuego de tropas en áreas de Rafah reconocidas como controladas por Israel según los términos acordados de alto el fuego.
Las autoridades egipcias involucradas en las negociaciones del alto el fuego indicaron que se estaban llevando a cabo comunicaciones intensivas para reducir la tensión de la situación, destacando las complejidades que rodean la implementación del alto el fuego. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, enfatizó el mandato de su ejército de tomar medidas enérgicas contra cualquier violación, pero no amenazó explícitamente con volver a la guerra.
Los ataques provocaron una preocupación generalizada entre los palestinos, que ya enfrentan graves crisis humanitarias exacerbadas por bloqueos de ayuda anteriores. Muchos expresaron temor de que la reanudación de las hostilidades hundiera la zona nuevamente en el caos. Informes recientes detallan el elevado número de víctimas de los ataques aéreos israelíes, incluido un ataque a una cafetería improvisada que provocó varias muertes y heridos, junto con otros ataques en el centro de Gaza.
A medida que se intensificaron las hostilidades, Israel confirmó la identificación de los restos de dos rehenes asesinados durante el primer ataque liderado por Hamás en octubre. La liberación de rehenes ha sido un importante punto de discordia: Hamás devolvió recientemente los restos de doce rehenes, mientras que Israel continúa instando al grupo a extraditar a todos los rehenes fallecidos. El cruce fronterizo entre Gaza y Egipto permanece cerrado por motivos de seguridad, lo que complica los esfuerzos humanitarios.
Mientras tanto, continúan las negociaciones sobre las próximas fases del alto el fuego, y se espera que las discusiones se centren en el desarme de Hamás, la posible retirada israelí de otras zonas y cuestiones de gobernanza para la Gaza gravemente dañada. Los líderes de Hamás han reforzado su postura contra la participación en cualquier autoridad gobernante posconflicto, y en lugar de ello han pedido un organismo tecnocrático que se encargue de los asuntos cotidianos.
Los supervivientes del conflicto en curso siguen sufriendo las devastadoras consecuencias, y el número de víctimas aumenta vertiginosamente. Los informes indican que el conflicto entre Israel y Hamas ha provocado más de 68.000 muertes palestinas, mientras que miles siguen desaparecidos. La situación sigue siendo terrible mientras las organizaciones humanitarias se enfrentan a un entorno complejo y volátil, mientras se esfuerzan por entregar ayuda y evaluar las necesidades de las poblaciones afectadas en medio de la violencia actual.