Eddie Marsan, un destacado actor británico conocido por sus papeles en películas taquilleras como la serie ‘Sherlock Holmes’ y ‘Misión: Imposible III’, ha expresado su preocupación por los desafíos que enfrentan los aspirantes a actores de la clase trabajadora. Los comentarios hechos después de su nombramiento como uno de los nuevos vicepresidentes de la escuela de teatro Mountview resaltan la creciente división en la industria. Marsan ha señalado que muchos de sus colegas no comparten sus raíces de clase trabajadora y enfatiza que quienes provienen de entornos desfavorecidos a menudo necesitan un talento excepcional para asegurar una carrera como actor.
“Si quieres ser actor en este país y provienes de un entorno desfavorecido, tienes que ser excepcional para tener alguna esperanza de hacer carrera”, afirmó, contrastando esto con las oportunidades disponibles para quienes provienen de entornos privilegiados. Al describir un cambio significativo en la industria, Marsan señaló que si bien alguna vez fue posible que los aspirantes a actores recibieran apoyo a través de beneficios mientras perfeccionaban su oficio, el panorama actual requiere apoyo financiero de la familia para navegar los primeros años cruciales en la profesión.
Al recordar su propia trayectoria, Marsan habló de sus primeros problemas, incluida la falta de apoyo financiero para la formación. Compartió su experiencia personal al recibir ayuda de una casa de apuestas del East End y de su madre, lo que le permitió asistir a Mountview hace casi tres décadas. Su gratitud por la escuela es clara, especialmente considerando que tuvo que esperar varios años antes de obtener un ingreso estable como actor.
Marsan ahora asume un papel de embajador de Mountview, junto con figuras notables como Dame Elaine Paige y Giles Terera, para conmemorar el 80 aniversario de la escuela. Bromeó sobre sus estimados colegas y reveló el ambiente alegre en las celebraciones, pero reconoció un problema más serio relacionado con la representación en la industria. Señaló una inquietante «moda de los chicos elegantes» en el cine y la televisión, señalando la desigualdad en la que los actores menos talentosos de entornos privilegiados a menudo eclipsan las actuaciones de los talentos de la clase trabajadora.
Contó una experiencia desalentadora al regresar de Hollywood, donde sus éxitos no coincidían con la imagen promovida por la industria cinematográfica británica. Marsan señaló que los actores de entornos más ricos a menudo asumían papeles de alto perfil y lamentó la falta de representación de talentos que reflejaran mejor la diversidad del país.
Las estadísticas respaldan sus afirmaciones: un informe de 2024 encontró que solo el 8% de los actores británicos pertenecen a la clase trabajadora, una fuerte caída con respecto al 20% en décadas anteriores. Marsan destacó el panorama cambiante del cine británico, donde los papeles icónicos de la clase trabajadora tradicionalmente desempeñados por actores como Michael Caine y Bob Hoskins ahora suelen ser desempeñados por actores de entornos más ricos.
Si bien reconoció el lento progreso, señaló que ha habido un aumento en la representación de personas de color en los últimos años, señalando producciones exitosas como “Top Boy” y “Supacell” creadas por miembros de la comunidad negra. Criticó las diferencias pasadas en la representación y expresó preocupación por las respuestas a los esfuerzos recientes para crear una industria más equitativa.
Marsan concluyó con una advertencia sobre los efectos de las redes sociales en el discurso cultural, señalando su tendencia a promover actitudes binarias. Enfatizó que actuar tiene que ver fundamentalmente con la empatía y que fomentar esta cualidad es ahora más importante que nunca en el clima social actual.



