Los Golden State Warriors enfrentaron una situación desafiante cuando el delantero Draymond Green quedó fuera de juego contra los Utah Jazz el lunes por la noche debido a un esguince en el pie derecho. La lesión ocurrió durante un juego reciente contra los Portland Trail Blazers, cuando el centro de los Blazers, Donovan Clingan, cayó sobre Green durante una pelea por un balón suelto. Este revés ejerce presión sobre una plantilla que ya es escasa, ya que los Warriors están lidiando con múltiples lesiones en su zona de ataque.
Además de la ausencia de Green, Jonathan Kuminga no ha podido jugar los últimos seis partidos debido a una tendinitis bilateral de rodilla. Aunque los resultados recientes de una resonancia magnética no mostraron daños estructurales, Kuminga tiene un dolor persistente en las rodillas. La dirección del equipo tenía grandes esperanzas en su regreso y tenía planes de participar en una pelea. Sin embargo, tras informar que no se encontraba bien, las decisiones respecto a su regreso se mantienen cautelosas. “Necesita sentirse mejor y moverse mejor antes de que podamos ponerlo allí”, dijo el entrenador en jefe Steve Kerr, destacando la incertidumbre que rodea la condición de Kuminga.
Además, el veterano jugador Al Horford también ha sido víctima de los problemas de lesiones del equipo. Dejó un partido reciente contra los Blazers en el tercer cuarto después de estar en la cancha durante 18 minutos. Inicialmente diagnosticado con tensión en el tendón de la corva, evaluaciones posteriores revelaron que Horford está lidiando con una irritación del nervio ciático en su lado derecho, lo que lo dejará fuera de juego durante al menos una semana. Su ausencia tendrá un impacto significativo en los Warriors mientras se preparan para los próximos partidos contra los Jazz, Blazers y Pelicans.
A medida que el equipo se adapta a estas lesiones, tendrá que confiar en la profundidad y la resistencia para mantener su ventaja competitiva en una temporada muy disputada.



