En La Habana ha surgido una nueva y alarmante crisis que influye en los jóvenes de la ciudad y genera una preocupación urgente por la salud pública. Los jóvenes cubanos, una vez en gran medida libres de abuso de sustancias generalizados, se ven cada vez más en los estados de casi catonia, con cierto colapso en áreas públicas o exhiben movimientos incontrolables. Esta situación inquietante se atribuye a una medicina sintética que se conoce localmente como Químico, que los funcionarios describen como una emergencia para la salud pública.
Elizabeth Céspedes, directora de servicios de desintoxicación adolescentes en el Ministerio de Salud de Cuba, enfatizó la gravedad del problema y declaró: «Nunca hemos enfrentado algo así. Este no es un uso recreativo. Esta es una crisis humanitaria». El surgimiento de Químico se ha infiltrado en la estructura de la cultura juvenil en solo unos meses.
Químico, traducido como ‘químico’, representa una mezcla de materiales sintéticos, generalmente compuesto de telas como carbamazepina, benzodiacepinas, fenobarbital y variantes más fuertes que pueden contener fentanilo y formaldehído. Inicialmente destinado al uso médico, estos productos químicos se han utilizado en los laboratorios clandestinos en Cuba, lo que hace una intoxicidad barata para los usuarios jóvenes.
Héctor Ernesto González, un experto militar que está involucrado en el programa antarcótico de Cuba, detallado detallado cómo la droga a menudo se usa en hierbas o papel secas para fumar, a menudo con cigarrillos con mano de obra llamados «papelito» (papel pequeño). Sus efectos son rápidos e intensos, según los informes de 50 a 100 veces más potentes que el THC, la conexión activa en el cannabis. Con cada golpe que cuesta alrededor de 100 pesos cubanos (alrededor de $ 0.25 USD), se ha convertido en una opción atractiva para los jóvenes económicamente marginados en medio de la crisis financiera en profundidad de Cuba.
A pesar de la naturaleza alarmante de esta epidemia, Cuba carece de datos públicos considerables sobre el uso de drogas, las velocidades de adicción o las sobredosis, lo que complica los esfuerzos para comprender el alcance total de la crisis. Los medios locales y los observadores internacionales han documentado escenas inquietantes, con videos en las redes sociales que muestran a los usuarios en los parques de La Habana, mejorando la percepción de los estados «parecidos a los zombis» entre los estados afectados.
La demografía de Quimico es amplia; Aunque muchas víctimas son jóvenes económicamente desfavorecidos, el alcance de la medicina se ha extendido a músicos, estudiantes y trabajadores de la construcción. Rotyam Castro, que administra uno de los pocos centros de desintoxicación en el país, enfatizó que la crisis ha cruzado los límites sociales e influye en varias profesiones y antecedentes.
Su centro de desintoxicación, que se fundó hace un año, utiliza un programa de recuperación no médica dirigido a la oración, las escrituras y los talleres de comportamiento. Actualmente tiene personas que usaban no menos de 15 papelitos todos los días antes de buscar ayuda. Un adicto a la curación compartió sus luchas y declaró que se derrumbaría y se sentiría indefenso contra el juego de la medicina.
En respuesta a la crisis, el gobierno cubano ha introducido sanciones más estrictas en el tráfico de drogas y ha lanzado iniciativas preventivas en barrios vulnerables. Sin embargo, estos esfuerzos, descritos como «bateadores barri», no están abiertos a los medios extranjeros, lo que lleva a las críticas a su efectividad al abordar las causas subyacentes de la crisis.
Los observadores señalan que la distribución de Químico refleja fracturas sociales más amplias en Cuba, caracterizadas por el estancamiento económico y el acceso limitado a la atención de salud mental. Los centros de desintoxicación como los de Castro representan un apoyo crítico para muchas personas atrapadas en el control de la adicción. «No estamos equipados para esta pelea, pero no podemos darnos la espalda», notó.
Los expertos en salud advierten que a medida que los medicamentos sintéticos evolucionan, los riesgos que están conectados con TI solo aumentan. Debido a que el fentanilo se asocia con más de 100,000 muertes en los Estados Unidos en 2022, existe el temor de que el creciente problema de drogas sintéticas de Cuba pueda seguir un proceso trágico similar sin intervención y reforma estructural.