Mientras Estados Unidos enfrenta crecientes preocupaciones sobre la posible participación de personal militar en operaciones internas, los expertos legales cuestionan cada vez más las implicaciones constitucionales de tales acciones. Estas preocupaciones se centran en la obligación de los militares de hacer cumplir la ley, especialmente cuando una orden entra en conflicto con los mandatos constitucionales del comandante en jefe.
En un episodio reciente de Amicus, la presentadora Dahlia Lithwick participó en una discusión crítica con el general Steven J. Lepper, un juez defensor retirado de la Fuerza Aérea, y Eugene R. Fidell, profesor de justicia militar en la Facultad de Derecho de Yale. Juntos expresaron una creciente alarma por la posible erosión de la supervisión legal dentro del ejército.
El general Lepper dijo que los líderes militares hoy enfrentan desafíos sin precedentes a su juramento de apoyar y defender la Constitución. Señaló que el marco legal para las operaciones militares se está volviendo cada vez más ambiguo, lo que plantea importantes dudas sobre la legalidad de las órdenes emitidas por los comandantes.
Al reflexionar sobre su amplia experiencia como abogado ante jueces, Lepper enfatizó la importancia de contar con asesores legales independientes para determinar la legalidad de las órdenes militares. Recordó una época en la que se sintió capacitado para asesorar a los comandantes sobre la legalidad de sus acciones y los recursos desplegados en las operaciones militares. Sin embargo, el reciente despido de defensores judiciales clave, justificado por la afirmación de que “la ley no debe obstaculizar las operaciones militares”, ha creado un clima de incertidumbre y preocupación. Advirtió que tales acciones señalan un cambio en el equilibrio de autoridad frente al presidente, lo que podría socavar las salvaguardias legales que tradicionalmente han guiado el comportamiento militar.
Fidell se hizo eco de estos temores y comentó sobre las implicaciones más amplias de destituir a altos funcionarios legales militares con términos fijos. Señaló que esta tendencia sigue un patrón preocupante de creciente poder unilateral entre los altos funcionarios. Las implicaciones de esto podrían extenderse más allá de las operaciones militares, y potencialmente normalizar el uso de tropas en escenarios internos, como asegurar los colegios electorales durante las elecciones.
Su memorando al Congreso describió estas preocupaciones y afirmó que la normalización de la presencia militar para la seguridad nacional podría prevalecer a medida que se acercan las elecciones. Los expertos advirtieron que darle al presidente el poder de definir unilateralmente la insurgencia podría darle el poder de desplegar tropas a nivel nacional en circunstancias cuestionables.
Lithwick instó a ambos expertos a compartir opciones de acción y enfatizó que si bien la situación es grave, no es desesperada. Fidell alentó a los ciudadanos a participar activamente en el proceso político, enfatizando el poder de la agencia individual para salvaguardar los principios democráticos. Asimismo, Lepper se mantuvo optimista sobre el compromiso del personal militar con la Constitución, creyendo que su sentido intrínseco del honor prevalecería a pesar de la presión externa.
Ambos expertos también mencionaron recursos como el Proyecto Órdenes, que brinda asesoría legal al personal militar que cuestiona la legalidad de las órdenes. Esta iniciativa subraya la importancia de mantener la integridad legal dentro de las filas, incluso cuando el panorama político evoluciona.
Mientras continúan los debates sobre el papel apropiado de los militares en los asuntos internos, las ideas de estos expertos legales sirven como un recordatorio crucial de la importancia de defender el estado de derecho en cualquier situación que implique una acción militar en suelo estadounidense.